Cuidado y corrección: Socorro Romero
En las dos primeras décadas del siglo XXI ha habido una toma de conciencia generalizada sobre la importancia de que nos formemos integralmente. Ya en la segunda mitad del siglo XX este tema estaba relacionado con el manejo emocional en algunos círculos, pero ahora se insiste en diversos ámbitos.
Las medidas de distanciamiento social que ha traído consigo la pandemia del Covit-19 han creado una atmósfera favorable para el exacerbamiento emocional. Toño Brito nos invita a reconocer esto como una oportunidad para trabajar en el manejo de esta dimensión de nuestra vida y nos introduce en el ABC de la temática.
El interés por estudiar las
emociones ha estado presente desde los griegos -cuatro Siglos a. de C.- hasta
nuestros días. Su definición y comprensión ha sido influenciada por el contexto
de cada época, ya que el comportamiento que es una expresión de las emociones
se explicaba desde supuestos o creencias y no desde estudios que hasta después
la ciencia fue descubriendo. Con la llegada de la psiquiatría y la psicología
se confirma que las emociones tienen una relación con las funciones neuronales
y los procesos cognitivos, abriendo una ventana al vasto mundo de la mente.
Actualmente sabemos mucho sobre las emociones, sin embargo, dada la complejidad la conducta humana y de lo poco que conocemos sobre el pensamiento, las emociones siguen siendo un tema del que continuaremos aprendiendo, como lo estamos haciendo ante la realidad que hoy vivimos.
Actualmente sabemos mucho sobre las emociones, sin embargo, dada la complejidad la conducta humana y de lo poco que conocemos sobre el pensamiento, las emociones siguen siendo un tema del que continuaremos aprendiendo, como lo estamos haciendo ante la realidad que hoy vivimos.
Estos últimos meses la pandemia
del Covid-19 de manera abrupta nos colocó en un escenario desconocido y ha generado mucho desconcierto y una sensación de incertidumbre colectiva que naturalmente
ha provocado diversas reacciones en cada persona.
Los seres humanos contamos con un código genético que recoge los recursos necesarios para responder instintiva e intelectualmente a las condiciones que se nos presentan. Nuestra mente crea procesos cognitivos de lo que percibimos a través de los sentidos, que se manifiestan en conductas, mismas que son impulsadas por nuestras emociones. Algunas emociones funcionan como mecanismos de defensa para protegernos ante un peligro inminente o una emergencia, otras son como catalizadores que nos liberaran de una presión y también nos ayudan a equilibrar nuestro estado interior. Cada una de ellas forma parte de ese mundo conocido y desconocido que habita dentro de nosotros.
El manejo de estas emociones es fundamental en la vida, es por eso que en este momento es muy importante saber qué papel juegan ellas durante este confinamiento.
Los seres humanos contamos con un código genético que recoge los recursos necesarios para responder instintiva e intelectualmente a las condiciones que se nos presentan. Nuestra mente crea procesos cognitivos de lo que percibimos a través de los sentidos, que se manifiestan en conductas, mismas que son impulsadas por nuestras emociones. Algunas emociones funcionan como mecanismos de defensa para protegernos ante un peligro inminente o una emergencia, otras son como catalizadores que nos liberaran de una presión y también nos ayudan a equilibrar nuestro estado interior. Cada una de ellas forma parte de ese mundo conocido y desconocido que habita dentro de nosotros.
El manejo de estas emociones es fundamental en la vida, es por eso que en este momento es muy importante saber qué papel juegan ellas durante este confinamiento.
Surgimiento de las emociones
Las emociones son alteraciones rápidas que aparecen por nuestro estado de ánimo, son sensaciones momentáneas, que tienen un tiempo determinado y un grado de intensidad de acuerdo a lo que experimentamos. De ellas surgen los sentimientos que tienen una mayor durabilidad y pueden llegar a provocarnos trastornos o conductas que no son favorables para nuestra salud mental si no los manejamos adecuadamente.
Las emociones primarias que con mayor frecuencia experimentamos son la alegría, la tristeza, el miedo y la ira, también están el disgusto, la vergüenza, el odio, la sorpresa entre otras. Todas ellas son fugaces, pero cuando no permitimos que se vayan, pueden gradualmente tener control sobre nosotros y convertirse en las rectoras de nuestras decisiones y acciones. ¿Cuántas veces no hemos actuado por impulso y después reconocemos que no debimos hacerlo? ¿De qué manera nos hemos limitado por miedo a realizar algunas acciones, aunque estemos consientes que nada pasará?
Las emociones en ocasiones pueden ser
más poderosas que el razonamiento. Cuando eso sucede trazan el camino de
nuestro comportamiento, por ello es importante identificarlas, y estar
conscientes de lo que nos provoca para conocer particularmente el cuadro
conductual que genera en nuestra persona. Las emociones están ahí para
ayudarnos y proporcionar un equilibrio que nos dará un bienestar gracias al
buen manejo de ellas.
Ante la incertidumbre que hoy
vivimos es normal que aparezcan emociones que nunca antes habíamos tenido. El
temor, el estrés en estos momentos, así como la ansiedad o estados de mal humor
es parte de lo que podemos experimentar en esta cuarentena, y eso no significa
que estemos siendo afectados en nuestra salud mental.
Lo que no debemos permitir es que estas emociones se instalen y provoquen conductas impulsivas descontroladas que dañen no solo nuestra estabilidad, sino también la de los demás. Cuando algunas emociones como la ira, la tristeza, o el disgusto rebasan su intensidad y perduran más tiempo del que tenían que estar es cuando corremos peligro de caer en algunos trastornos, que después tendremos que trabajar con el acompañamiento de un especialista para poder manejarlos y superarlos.
Lo que no debemos permitir es que estas emociones se instalen y provoquen conductas impulsivas descontroladas que dañen no solo nuestra estabilidad, sino también la de los demás. Cuando algunas emociones como la ira, la tristeza, o el disgusto rebasan su intensidad y perduran más tiempo del que tenían que estar es cuando corremos peligro de caer en algunos trastornos, que después tendremos que trabajar con el acompañamiento de un especialista para poder manejarlos y superarlos.
Manejo de emociones
Los psicólogos utilizan diversas
técnicas para ayudar a las personas en el manejo de las emociones, explicar
algunas podría ser tema de otro artículo, pero ante el estado
emocional que ha provocado la pandemia, conviene hacer algunas reflexiones sobre que
debemos considerar para aprender a manejar nuestras emociones.
El silencio es un factor básico para el manejo emocional, pues permite crear condiciones en algunos momentos del día, ya que es como una capa que
nos protege del ruido y de las distracciones que necesitamos para esta labor. En esos momentos tenemos que
identificar nuestras emociones y trasladarlas inmediatamente al plano mental. Eso es fundamental, ya que el pensamiento se encargará de racionalizar la
emoción. Él será el responsable de cuestionarla y con ese juicio interior la
determinación que tome siempre será más adecuada.
Explico un poco más: aprender a manejar las emociones tiene mucho que ver con identificar el papel que tienen estos tres componentes en nuestra persona a los que a continuación les designaré una letra para poder clarificar el proceso que podemos realizar ante alguna crisis emocional: a) Pensamiento, b) Emoción y c) Conducta.
a) El
pensamiento representa la parte que procesa
la información tomando elementos que existen ya dentro de la mente, que la
habilitan para encontrar respuestas sensatas y adecuadas ante una situación.
Las experiencias de vida, los conocimientos aprendidos, los valores que nos han
regido, incluso el sentido común, así como muchos otros factores están dentro
de nuestra memoria, por eso, la mente cuenta con los recursos para tomar una
mejor decisión.
b) La emoción es un impulso, es la respuesta primaria ante los que nuestros
sentidos captan y ante la libertad que ella tiene por la ausencia del análisis
su reacción es rápida, busca manifestar de manera inmediata su sensación y dar
a conocer lo que en ese momento acaba de nacer. La emoción no se permite entrar
a un proceso de reflexión, tiene un sentido de urgencia muy poderoso que muchas
veces no puede ocultar.
c) La conducta es la manifestación del manejo de la emoción, es la parte visible
del resultado de la negociación interna entre el pensamiento y la emoción. Esta
es la carta de presentación que ocupamos ante los demás y una parte del éxito o
fracaso de nuestras relaciones tiene que ver con la forma en que exponemos el
binomio de nuestro pensar y nuestro sentir.
Esta descripción nos ayuda mucho a
codificar el manejo de las emociones en una fórmula sencilla A + B = C. El uso
de la fórmula que permite manejar mejor las emociones esta es saber que A
siempre debe ser mayor que B. Cuando la emoción es superior al pensamiento
hemos perdido el dominio para controlar los impulsos. La emoción debe ser
conectada con el pensamiento. La autoridad de nuestras emociones es el
pensamiento. Cambiar el pensamiento es cambiar las emociones. Manejar el
pensamiento es controlar las emociones.
Las emociones en la contingencia sanitaria
En este periodo las emociones
estarán muy activas y está bien, eso nos ayudará a conocernos ya que en ellas
también hay una carga de esperanza que nos motiva a emprender muchas acciones
para ser mejores en medio de la adversidad.
Tomemos con calma y serenidad lo que suceda, las emociones son momentáneas, el confinamiento también es temporal. Centremos nuestro pensamiento en los cambios positivos que podemos provocar, no nos preocupemos mucho por los errores que cometamos y por las fallas de los demás en este momento, seamos flexibles en casa.
En esta cuarentena aprenderemos mucho más sobre las emociones a través de cómo las manejemos en casa, que todo lo que hemos escuchado en conferencias y cursos. Ocupemos la fórmula:
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Tomemos con calma y serenidad lo que suceda, las emociones son momentáneas, el confinamiento también es temporal. Centremos nuestro pensamiento en los cambios positivos que podemos provocar, no nos preocupemos mucho por los errores que cometamos y por las fallas de los demás en este momento, seamos flexibles en casa.
En esta cuarentena aprenderemos mucho más sobre las emociones a través de cómo las manejemos en casa, que todo lo que hemos escuchado en conferencias y cursos. Ocupemos la fórmula:
a) Provoquemos recrear en la mente la grandeza de nuestros seres queridos, analicemos el significado de ellos en nuestra vida y reflexionemos el valor que encierra el amor y cariño que existe en nuestro hogar.
b) Experimentemos la sensación de alegría generada al mirar a nuestros seres queridos con nosotros e identifiquemos el grado de aprecio y cariño que existe al estar en paz con nuestra familia.
c) Expresemos con palabras esos sentimientos, hagamos algún acto de gratitud como signo de estar unidos y provoquemos un momento de alegría en familia para consolidar el compromiso de fraternidad que debemos mantener.
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