Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

martes, 7 de abril de 2020

Ser para los demás en tiempos del Covid-19

José Antonio Brito Solís


A Toño Brito lo conozco desde hace años. Él es psicólogo, es educador y es cristiano católico militante, pero dialogante. Ha vivido muchas experiencias de acompañamiento de personas y grupos. Actualmente trabaja en la Universidad Loyola del Pacífico. Recién compartió unas líneas sobre la necesidad que tenemos como humanos de ser para los demás y las oportunidades que el coronavirus y lo que se venga después nos abren. Agradezco que nos ceda sus líneas para acercarlas a los lectores de Apuntes en el camino.

En medio del escenario único que nos está tocando vivir, donde la realidad nos invita a unirnos en una sola comunidad global para solidarizarnos, protegernos y ayudarnos, los valores más profundos de nuestra humanidad hoy más que nunca deben hacerse presentes. 
          Y ante ello resuenan para mí, cuatro palabras fundamentales: Ser para los demás, que se desprenden del mensaje que en 1973 el P. Pedro Arrupe, SJ, Prepósito General de la Compañía de Jesús -el superior mundial de los jesuitas-, pronunció ante la asociación de los exalumnos de la orden en un discurso histórico, invitando a vivir en clave de opción de vida por la justicia y a favor de los más vulnerables, convirtiéndose para los jesuitas en un postulado que ha sido determinante en la misión de la orden.
         Abrazo estas palabras de Arrupe, que hacen referencia a la práctica del amor, porque dan una perspectiva para comprender nuestro papel en el mundo y escuchar la voz de Dios para descifrar los signos de este tiempo en el reclamo de la vida durante esta pausa universal. 

          Este Ser para los demás, pone de manifiesto que no estamos aquí únicamente para vivir para nosotros mismos, sino para entregarnos a los demás como lo hizo Jesús al morir. Ser para los demás es un ejercicio que genera reciprocidad de forma natural logrando una conversión respecto a cómo miramos a los demás. Es una muestra de la fraternidad y la solidaridad que existe en cada uno y nos lleva a comprender que en la medida que damos, recibimos. Es por eso que ante esta crisis cabe preguntarnos ¿Cómo humanidad hemos caminado en la historia por el bien común? ¿Cómo y cuándo lo hemos hecho? 
            En este aislamiento social tendríamos que reflexionar sobre ello y descubrir ante lo que hoy sucede que hemos hecho mal y que debemos seguir haciendo bien.
En unos meses la vida volverá a retomarse, y el impacto de la pandemia nos habrá lastimados social, humana, y económicamente, donde como siempre en una sociedad desigual el golpe será más fuerte para los más vulnerables, sin embargo, la lección esta vez será contundente para todos. 
           Las pandemias a lo largo de la historia han sacudido a las sociedades que las han padecido y han dejado heridas que con el tiempo van cicatrizando. La humanidad se ha recuperado y gracias a ello han surgido avances en materia de salud que han erradicado enfermedades que en su tiempo fueron mortales, sin embargo, los aprendizajes han quedado inconclusos, ya que como seres humanos hemos crecido en saberes, pero hemos dejado en un segundo término, los aspectos que tienen que ver con el crecimiento humano, con los principios más importantes que rigen el comportamiento y las formas de relacionarnos entre unos y otros.
          Es nuestro deber humano hacer lo que nos corresponde en prevenir por todos los medios lo que las autoridades mundiales y locales de salud nos indican para proteger la vida de cada uno y de los que están cerca de nosotros. Ser responsables producirá eslabones de conductas que ayudarán a reconstruir nuevas formas de asumir el desafío que tenemos ante nosotros en este momento. Estemos conscientes de lo que hacemos ahora, para estar más unidos ante el coletazo de retos que vendrán para volver a levantar a nuestra sociedad y planeta. No perdamos la esperanza de que el caos que hoy nos atrapa, será mañana el parámetro para reconstruir nuestra humanidad, con el firme propósito de ser para los demás.
         En esta Semana Santa que se aproxima recordaremos los últimos días de la vida de Jesús y veremos una vez más su entrega de amor a los demás, que es su enseñanza más grande, dar la vida por los demás. Ser para los demás debe tomarse como el origen de la apropiación del respeto y la tolerancia a los que piensan y son diferentes, como el detonante que expande a la paz como el recurso fundamental para vivir y hacer de la justicia el mecanismo ético para que la igualdad y la equidad estén integrados en la dinámica social, porque, aunque somos diferentes, siempre seremos hermanos.
          Ser para los demás permite hacer de la empatía el primer factor para ser sensible ante el sufrimiento y las necesidades de los otros. Agradezcamos a la vida la bendición de estar en compañía de nuestros seres cercanos y tener la posibilidad de resguardarlos en este tiempo en el calor de nuestro hogar. Afuera muchos no podrán hacerlo, porque tendrán que salir a buscar el pan diario para los suyos.             Dejémonos en estos momentos mirar por el Señor, quien nos descubre la capacidad bondadosa que existe en nuestro corazón que es interpelada para ver el trasfondo del mundo y permanezcamos en el amor, porque eso lo decidirá todo.

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