Juan Antonio Aldaco Aldaco. Si quieres conocer más del autor haz click aquí
Hay fiestas y tradiciones mexicanas que al paso del tiempo han desgastado un poco su sentido. Volver a sus orígenes, a las intenciones primigenias de su simbolismo, nos permite trasladar a nuestros días su sentido y su significado y establecer la conexión que por ser humanizante trasciende tiempos, lugares, formas y, que en el fondo, permite reconocernos compañeros de un mismo camino.
En nuestros Primeros apuntes Juan Antonio Aldaco Aldaco, joven filósofo, nos comparte su explicación sobre las fiestas de la Candelaria.
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Ya lo decía el Nobel Octavio Paz en su libro El Laberinto de la soledad, que el mexicano busca cualquier pretexto para hacer fiesta. El mexicano celebra día de muertos, inicio de la revolución mexicana, día del grito o inicio de la lucha de independencia; día de la madre, del padre, del abuelo; navidad, año nuevo; bodas religiosas, bodas civiles, bautizos, lo que sea; sobran los motivos civiles o religiosos para hacer fiesta. La fiesta es parte de la identidad al mexicano.
Cuando me propuse escribir este texto busqué las fiestas que celebra el mexicano en febrero y encontré tantas como para, si sonar avorazado, celebrar una por semana. De entrada, comienza el mes con la fiestas de la Candelaria, le sigue el aniversario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; a medio mes nos preparamos para demostrar cariño el día del amor y la amistad y un día después celebrar el aniversario de la fundación de nuestra querida ciudad de Irapuato; para cerrar el mes nos encontramos el día de la bandera el 24 de febrero; y para no olvidarnos de la familia el aniversario de matrimonio de mis padres y hasta el "cumple” del abuelo.
Pero hablemos del día de la Candelaria, qué es, qué se celebra, por qué comemos tamalitos con atole, a continuación algunos comentarios. En primer lugar, y lo que más nos importa, "los tamales", tradición deliciosa. Es importante recordar que partida la rosca a quien le sale el monito (niño Dios), le tocan los tamales, tanto cuantos se requieran para los que participaron en la rosca. Dicho lo anterior, "se armo" la cena. Sin embargo, este asunto no queda ahí, tiene su razón de ser.
Foto: Juan Antonio Aldaco |
Primeramente, las fiestas de la Candelaria son tradición cristiana y no son aisladas, son culmen de las celebraciones del nacimiento de Jesús y comienzan con el adviento (espera), nacimiento, visita de los Reyes Magos, bautizo y cuarenta días después de este, el dos de febrero, tenemos la presentación del niño Jesús al templo. A esta fiesta se le conoce popularmente como fiesta de la Virgen de la Candelaria, pero, ¿sabemos por qué? Tradicionalmente en la celebración de esta fiesta se incluye una procesión y la bendición de velas que simbolizan la figura de Jesús que viene como luz a iluminar a las naciones, a esta celebración se le conoce como "Misa de las luces".
La fiesta de la Candelaria es un sincretismo entre la tradición católica de los pueblos cristianos y la tradición de los pueblos precolombinos; estos últimos celebraban el Atlacahualo donde hacían gran fiesta a los dioses del agua o de la lluvia celebrando la entrada del año nuevo y los primeros se sirvieron de estas celebraciones para facilitar sus labores evangelizadoras.
Cabe señalar que, en las fiestas celebradas por los pueblos precolombinos por el inicio de las fiestas del agua o de la lluvia al inicio del año nuevo, era costumbre regalar maíz y lo representaban iconográficamente con mazorcas; posteriormente, en la labor evangelizadora de los primeros cristianos en América, y para no perder la costumbre se siguió regalando maíz en diversas presentaciones durante las celebraciones, de ahí viene la tradición de regalar tamales y atole de maíz para dicha fiesta.
Resulta importante, como mexicanos, no quedarnos en la fiesta por la fiesta, sino comprender y transmitir las razones de esta, que si vamos a “echar” la casa por la ventana para celebrar, lo hagamos sabiendo de donde viene y a donde va. Por lo anterior, vale la pena tomar conciencia del sentido de las celebraciones que hacemos, comenzando por la fiesta de la candelaria que celebramos en estas fechas.
Foto: Juan Antonio Aldaco |
Considero que es un deber cívico conocer y compartir la cultura y las tradiciones con las nuevas generaciones, que aquello que nos ha formado se conozca y se transmita a los que siguen en la historia, que aquellas buenas costumbres que nos han forjado la identidad se preserven en los hechos que acontecerán en la historia.
Que tus fiestas de navidad, querido lector, hayan sido pretexto para hacer comunidad y que en este 2023 en tu vida existan frutos abundantes, sabedores que la luz de una fe compartida nos permite compartir el maíz, el alimento, la vida misma.
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