El ejercicio aeróbico es aquel en el que el consumo de oxígeno y su distribución por todo el cuerpo permite realizar actividad física durante un periodo largo de tiempo: natación, caminar, correr, hacer bicicleta, etc.
Se diferencia del ejercicio anaeróbico porque este implica una actividad de mucha fuerza, focalizado y de muy corta duración.
El ejercicio aeróbico es recomendado en todas las etapas de la vida: es necesario para mantener un balance metabólico y crear una base de resistencia cardiopulmonar que permita la realización fluida de las actividades cotidianas.
Para las personas con sobrepeso u obesidad, los diabéticos, hipertensos y con algunas enfermedades crónico degenerativas es importante la realización frecuente de ejercicio aeróbico. El más universal es caminar, pues no requiere sino movilizarse de un lado a otro.
Para que el ejercicio aeróbico contribuya a una vida saludable hay que realizar por periodos superiores a los 30 minutos en los cuales el ejercitado llegue a niveles más intensos de pulso y respiración. Cinco días a la semana con este tipo de actividad resulta de gran provecho para el organismo.