Con las medidas de distanciamiento físico que han supuesto la pandemia del coronavirus, estudiantes y profesores han tenido que transitar sin más al trabajo asistido por las TIC. Con agudeza Flavio Castillo, experto andragogo, académico universitario de muchas batallas, nos llama la atención sobre un posible escenario que "tapa el ojo al macho" de la educación formal, pero que poco podría aportar a estudiantes y profesores: el del juego de "yo te encargo evidencias y tú me las entregas" sin importar la forma en que hayas llegado a ellas, tampoco lo que obtengas del proceso de aprendizaje que podría haber sido el objetivo, pues hay que demostrar a las autoridades que se trabaja aun en la distancia y que hay con qué calificar el ciclo...
Compartimos estos apuntes breves pero provocadores del Dr. Castillo. No hay que dejar de prestar atención a sus preguntas finales.
A partir de la indicación por
parte del titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Mtro. Esteban
Moctezuma, de adelantar el periodo vacacional y pasar de la modalidad
presencial a la virtual, la primera mutación que se dio no fue del coronavirus,
fue la del Proceso de Enseñanza-Aprendizaje (PEA) en la combinación que usen o
conozcan. Doy mis argumentos.
La ciencia pedagógica se ha expresado a través del PEA por casi 400 años -desde la publicación de la Didáctica Magna de Comenio-, dónde se ha privilegiado a un protagonista responsable del proceso y a quien le llamamos indistintamente como: profesor, maestro, pedagogo, catedrático, mediador, facilitador y otros nombre más; y que, como en otros ámbitos cuando no saben qué hacer con el poder otorgado, en sus interpretaciones ha acertado o desatinado con sus actitudes, dónde se ha pasado por afectaciones físicas, psicológicas y emocionales. Una pequeña santa inquisición del aula manifestado en una sola persona, a quien paradójicamente, los padres de familia le dan aún la autoridad en hoja blanca para "educar" o disciplinar a sus hijos.
Ante la contingencia por la
Pandemia del COVID19, la orden fue pasar rápidamente de la modalidad presencial
a la virtual -en muchos casos sin estar preparados para ella-,
provocando que se conectan algunas arbitrariedades y aciertos, dando paso al
surgimiento de la mutación descentrada del PEA por el Proceso de
Enseñanza-Evidencia (PEE), en donde el aprendizaje fue sacado del escenario y
todo se ha concretado a replicar el juego de "El rey pide" y
nuevamente se da en la mayoría de los casos está situación, solo enviar
evidencias por parte de los afortunados estudiantes con internet y computadora.
Reconozco que la emergencia
provocó un primer paso hacia la virtualización por parte de las IES priorizando
el control por encima del aprendizaje, sigo esperando que den el siguiente
paso: apuntalar académicamente a sus docentes que si antes trabajaban en
soledad en su aula, ahora hasta se ha visto invadido en la intimidad de su casa
donde ha tenido que improvisar espacios para continuar con su loable labor,
usando lo que puedan y conozcan de las TIC y habrá un abanico de opciones,
algunos con sistemas de gestión de aprendizaje (LMS por sus siglas en inglés),
otros subutilizando Ambientes Virtuales de Aprendizaje (AVA) de eLearning solo
para darle recursos a sus estudiantes y recibir tareas, otros priorizando la
comunicación con videollamadas, otros usarán herramientas colaborativas para no
perder la parte dialógica de la educación y otros seguirán haciendo uso de la
vieja estrategia del correo electrónico.
Las preguntas sin contestar aún
son: ¿Cuándo retornemos a las aulas se revertirá la mutación del PEE al PEA o este se mantendrá? O ¿La mutación sucedió tiempo atrás en el interior de las
aulas y hasta ahora salió a la luz pública?
Texto publicado originalmente el 15 de abril del 2020, en https://www.facebook.com/flaviocastillosilva/posts/1426466627562102 Síguenos en Facebook:
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