Autora: Luz María Padilla Castillo. Si quieres conocer de la autora, haz click aquí
Lucy compartió en su biografía de Facebook una publicación que me pareció entrañable y me provocó reflexionar sobre lo que se viene en el afán de ofrecer la mejor alternativa didáctica posible a los estudiantes de las escuelas. Que disfruten sus letras.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Desde hace tiempo he comentado, que la modalidad donde se tiene la mitad del grupo presencial y la mitad del grupo virtual (como en los grupos de posgrados por videoconferencia en UPAEP), es la más difícil de gestionar y los logros de aprendizaje no siempre son fáciles de alcanzar en dos entornos totalmente diferentes. La inercia te lleva a prestar más atención a los alumnos que tienes en el salón y la comunicación e interacción con los que están en casa, no siempre es efectiva. Y eso que en los grupos de posgrados se cuentan con salones equipados con tecnología de punta y los alumnos son adultos.
Hoy, aceptando la invitación de la Prepa UPAEP Santiago, participé impartiendo una "clase muestra" para profesores, en la modalidad "híbrida (diferenciada)" que se utilizará a partir del mes de Agosto.
¡WOW! ¡Si qué fue difícil! ¡40 años de ser docente y dar clases en diferentes niveles y modalidades educativas, y me sentí una novata!
Son muchos los factores que hay considerar.
Lo primero, es que quise que la sesión fuera muy "activa" y la planeación de actividades quedó sobrada. El tiempo perdió su dimensión por completo. No coincidió lo planeado con lo real, las instrucciones requirieron doble explicación y la diferencia de recursos donde los docentes trabajaron (papel, celular, computadora) marcó tiempos diferentes.
Otra dificultad fue mantener la atención de unos y otros, un maestro sabe perfectamente cuando "tiene al grupo" y cuando no lo tiene.
Se sumó también la dificultad de dar clase con cubrebocas. Sentía que me faltaba el aire, trataba de respirar hasta por la piel ja ja ja. Sentía como cuando subes escaleras muy rápido y te falta aire. Ahora sé que para dar estas clases tengo que ponerme en forma en el Gym de inmediato.
Pero gracias a Dios también hubo cosas muy buenas en la sesión. Primero, que la institución, cuenta con tecnología suficiente y efectiva. Computadora con red alámbrica que permitió una conectividad estable; doble pantalla que me permitía ver a los estudiantes en línea y los materiales compartidos. Un micrófono 360 grados que nos permitió escucharnos perfectamente a todos, de forma clara y con suficiente volumen.
También nos permitió a todos revisar y comentar los desafíos a enfrentar, las modificaciones en las prácticas de enseñanza y evaluación, estrategias didácticas que podrían ayudar y los lineamientos a implementar para cada grupo.
Surgieron ideas buenísimas, acompañadas de una gran entusiasmo y compromiso de los maestros. ¡Soy su fan!
Viene un tiempo rudo, tan complejo como cuando empezó la pandemia y los maestros tuvieron que ingeniárselas para dar clases a distancia. Y salieron adelante y lo hicieron muy bien. Ese tiempo les sirvió de entrenamiento para esta nueva fase. El dominio de la tecnología es un reto superado.
Siento que no fue mucho lo que pude aportar, pero me alegro mucho que me permitieran compartir y acompañarlos en esta experiencia que a partir de agosto será histórica. Nuevamente los maestros, dando testimonio de vocación y servicio al abrir las escuelas.
No hay más teoría que compartir, ni lecturas que recomendar. Lo que sigue es pararse al frente y ¡comenzar! La práctica de cada día, la experiencia real, experimentar en el salón de clases es lo que irá marcando los ajustes necesarios para que nuestros muchachos, sigan aprendiendo.
¡Un abrazo y mi reconocimiento sincero a cada docente en el mundo, que darán clases híbridas en el nuevo ciclo escolar!