Cuatro mil quinientas personas certificadas por un solo
hombre: constelación de posibilidades de vida digna y saludable en todo el
país… ¿puedes creerlo?
Siete de la mañana en
Zapopan Jalisco, 12 personas con toda la disponibilidad, esperan
expectantes. En unos cuantos minutos harán equipo con un hombre con fama de ser
muy exigente y que garantiza calidad en
la formación de instructores. Es la certificación TRX funcional (FTC) con David
Rangel. 12 horas después los rostros satisfechos muestran que la disciplina de
meses ha rendido frutos. Pueden volver a sus hogares sabiendo que están en
condiciones de multiplicar los beneficios de una activación física practicada
con la solvencia de los fundamentos teóricos, metodológicos y técnicos que les
han sido enseñados y evaluados.
Todo comenzó en…
David Ricardo Rangel Géniz nació bajo el signo de aries, un
13 de abril en Churubusco, Ciudad de México, siendo el menor de dos hermanos,
cuya madre abogada de formación se entregó profesionalmente a la danza y formó
generaciones de jóvenes en el Ballet Folclórico de la UNAM.
En el calor
de su hogar y a través de una videoconferencia, un hombre sonriente, amable y
con gran deseo de compartirnos su experiencia, nos cuenta de su infancia y
juventud transcurridas en Tlanepantla, Edo. de México. La primaria y secundaria
las cursó como cualquier chico en escuelas oficiales de la zona, la educación
media en el CCH Azcapotzalco de la UNAM, donde descubrió su especial
inclinación por la actividad física. Practicar ejercicio con aparatos y
trabajar en un gimnasio se volvieron pronto lo mismo y en ese momento de su
vida supo que quería entrenar a otras personas. Cursar la licenciatura en
Educación física, recreación y deportes de la Escuela Superior de Educación
Física fue su siguiente paso.
Alcanzar el éxito: ¿se nace o se hace?
Con la viveza de quien encuentra gusto con sus recuerdos
mientras los comparte, David relata que una breve estancia como dibujante
industrial en la Fuerza Aérea, le dio la disciplina y adiestramiento físico y
mental que solo la vida castrense puede dar al preparar a quien la vive para
que siempre esté disponible para lo que sea necesario en el servicio que haya
que proporcionar.
Con la
formación adquirida a lo largo de su juventud, tanto en lo físico como en lo
laboral (después de estar en la Fuerza Aérea, trabajó como auxiliar de
producción en TV Azteca), en el 2004 comenzó su carrera como instructor en su
propio gimnasio y un año después en el de la Universidad del Valle de México,
en donde aprendió la importancia de que sus acompañados evalúen la calidad del
servicio que se les proporciona, lo cual le demandó hacer parte de sí la
capacitación continua para desempeñarse con solidez en un mercado sumamente
competitivo, en el que abundan las personas improvisadas.
El 2007 fue
una año importante para David. Se unió al equipo de Power Plate, caracterizado
por un alto grado de profesionalización, pues es una empresa que impulsa en sus
empleados la formación permanente en diversas técnicas y les pide que se
certifiquen ante organismos nacionales e internacionales, al mismo tiempo,
comenzó una de las facetas más significativas de su vida: con una amplia
sonrisa nos cuenta que desde hace 12 años es profesor de Educación Física en un
preescolar. Además del cariño de sus alumnos, recibe el desafío constante de
desempeñarse ante un público heterogéneo que va desde los niños pequeños hasta
los adultos mayores.
Con Power
Plate no solo se capacitó como instructor, sino que se convirtió en formador y
certificador de instructores. En el 2010 se convirtió en Master Trainer de
Power Plate (entrenamiento por vibración).
TRX… ¡esa es otra historia!
Tras una pequeña pausa en la entrevista, nuestro
interlocutor situándose ante la cámara, continúa su relato…
Fue ese
mismo 2010 cuando comenzó a ser
distribuido en México TRX, por Power Plate. El Total Body Resistance Exercise (TRX) es un sistema de activación y
acondicionamiento físicos por suspensión que permite a cualquier persona, sin
importar edad y condición física, obtener lo mejor de sí mismo en espacios
reducidos y sin necesidad de aparatos de gimnasio pues el cuerpo es su propia
máquina. Este hecho marcó que se diera el primer curso de formación de
instructores de la disciplina en español, con una generación de 20 instructores,
entre los que él se encontraba.
Poco después fue elegido por TRX internacional, para realizar
una breve residencia en Sao Paulo Brasil donde se impartió la primera
capacitación para certificadores de Latinoamérica, en un ambiente fuerte, rudo, exigente e
internacional. Fue el inicio de 18 años de una de las facetas más
satisfactorias de su vida: la de evaluador y formador de instructores. Al entrenamiento de Sao Paulo le siguieron los de Bogotá, Chile,
San Francisco, Los Ángeles y la Ciudad de México. Además de TRX. de donde es
único Senior Master Trainer de México, también es certificador de Bosu y Power
Plate.
Un dato
más: desde muy joven, David Ricardo formó parte del Ballet Folclórico de la
UNAM, a lado de su madre Angelina Geniz, desde hace años él es el director, lo
que le permite volcar su capacidad artístico-cultural para contribuir a la
difusión de las tradiciones de nuestro país.
Una trayectoria colmada de satisfacciones.
Al calor de la conversación , le preguntamos a nuestro
entrevistado cuáles son las satisfacciones que le ha dado una vida entregada a
la educación de personas de todas las edades a través de la actividad física,
con un toque de orgullo, perceptible en su voz y en su gesto, pero con
sencillez en su actitud y sus palabras, David nos respondió sin dudar, que ser profesor de escolares le da mucha
satisfacción ya que lo mismo en preescolar que en bachillerato (trabajó 10 años
en el gimnasio de una conocida preparatoria), ha podido atestiguar cómo la
educación física es capaz de transformar vidas.
Con aplomo
señala que el mundo del fitness le ha permitido crecer, destacar e incluso ser
exitoso sin necesidad de recurrir a “palancas”. Su trabajo lo ha colocado en
donde está, haciendo equipo con las empresas en donde ha estado y eso lo ha
llevado a conocer a muchísimas personas y lugares. Es común que la gente le
diga “me has cambiado la vida” y ante eso no hay palabras, sino acogida,
respeto y agradecimiento.
Ha sido
testigo a lo largo de los años que hay personas que han encontrado en TRX una
manera honesta y buena de vivir. En diversos lugares de la República existen
pequeños gimnasios o estudios en los que alguno de sus certificados se gana
honradamente la vida. Con cierta emoción David confiesa que eso lo hace sentir
bien, porque directa e indirectamente él ayuda a que muchas personas mejoren su
salud, tengan mejores hábitos y una forma de vida diferente.
Recuerda de
manera especial a personas que han logrado una parte importante de su
rehabilitación practicando TRX o alguna otra de las disciplinas en las que él
instruye; quien con trasplante de médula, quien con linfoma o diabetes. Recuerda
con simpatía a una maestra de yoga de 73 años que se le medía al “tú por tú” a
los jóvenes con los que compartía un proceso de certificación.
Ha
certificado a instructores con pierna amputada o sin manos, quienes han
demostrado que con un corazón grande, voluntad férrea y gran determinación, son
capaces de dar lo mismo o más que cualquiera, ante todo esto, se ha vuelto
intolerante con los que dicen “no puedo” y no cede un ápice cuando de exigencia
se trata: con la salud y el bienestar de los demás no se juega.
A lo largo
de los años, ha tenido la oportunidad de capacitar a preparadores físicos del
Comité Olímpico Mexicano, la CODEME y distintos equipos profesionales de
futbol, con orgullo nos comentó que en los Rayados de Monterrey se modificó el
esquema de entrenamiento, a partir de la capacitación que proporcionó.
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David: ¿por qué es importante que los usuarios
de los estudios o gimnasios trabajen con instructores certificados?
-
A los 17 años que empecé ayudando en un
gimnasio, me valía de revistas y sentido común para guiar a los usuarios, y
descubrí que no era suficiente pues por
falta de preparación alguien puede salir lastimado. Hay que certificarse y
volver una y otra vez a lo que se ha aprendido, desafortunadamente hay quien no
vuelve a practicar o consultar los materiales teóricos y metodológicos de la
capacitación y es como si no se hubieran formado. Esto se debe a que en
Latinoamérica no hay educación de calidad: las personas no siguen estudiando,
no se actualizan, entran en zonas de confort y actúan improvisadamente. Un
instructor que se certifica y actúa con calidad, revisa continuamente los
fundamentos, mejora sus técnicas, se evalúa continuamente y está en condiciones
de ayudar verdaderamente a quienes en él confían.
-
No te autocompadezcas, lo puedes hacer y nada te
va a detener, tienes que “creértela” y confiar en ti mismo, Sí lo puedes hacer.
Si eres instructor, cumple con todo lo que quisieras que sirviera como
usuario: que el profe sepa, que el equipo sea de buena calidad y esté limpio,
que sea satisfactorio llegar a esos metros cuadrados, que se te reciba con
calidez, que exista trabajo en equipo entre instructores y armonía desde el
dueño hasta el que barre. Que no se deje de recibir retroalimentación continua
sobre todos los elementos que están al servicio de los usuarios.
Cerca del
final de nuestra charla, le preguntamos ¿por qué TRX, como sistema de
entrenamiento y como marca, es diferente
a otras opciones del mercado?
Sin dudarlo, nos dijo que TRX es líder a nivel
mundial porque invierte mucho dinero en investigación, innovación, producción
de materiales de calidad y en capacitación en los cinco continentes. Quien se
forma constantemente en TRX, tiene bases metodológicas sólidas.
Al terminar
la entrevista, agradecimos a David el tiempo que nos otorgó amablemente,
dejando en nosotros un sentimiento de agradecimiento y admiración por la
sencillez y honestidad con la que nos permitió entrar a su intimidad.
Fuerza y
movimiento: transformación de vidas. Del 2010 a la fecha David Ricardo Rangel
Geniz ha certificado a más de 4 500 instructores, ha sido profesor e instructor
de muchísimos estudiantes. Se siente agradecido con quienes han confiado en él
y contento por lo que ha generado su compromiso. ¡Todavía tiene cuerda para
rato!