Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

jueves, 7 de marzo de 2019

De la mujer, el género y la dignidad humana

José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer más sobre el autor, haz click aquí
Edición y corrección: Socorro Romero Vargas



Me da mucho gusto que nos haya tocado vivir en una época que se pregunta por el género, que busca espacios de humanidad acordes a cada quien... Que esta efeméride del 8 de marzo –nacida en los albores del siglo XX, para hacer visible la presencia social, política y económica de las mujeres- nos brinde motivos suficientes para reflexionar en pos de un ser en el mundo mucho más consciente, amoroso y comprometido con la dignidad humana...
Con ese párrafo comencé el día saludando a través de las redes sociales. Fue lo que vino a mi mente cuando pensé en el sentido de celebrar el día de la mujer, que como toda fecha conmemorativa corre el riesgo de perder significado, o lo que es peor, reducirlo a un acto de consumo irreflexivo o a una serie de felicitaciones inconscientes.



Hablar del 8 de marzo

Imagen: Beto Vergara
Hablar conscientemente del 8 de marzo es hacerse cargo de un largo proceso de participación y toma de conciencia del papel social, político y económico que juegan, pueden y deben jugar las mujeres en nuestro mundo.
“El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre”, señala la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la página que dedica a esta fecha. Allí proporciona una cronología que nos da pistas para entender el surgimiento de una forma de pronunciamiento lanzado en diversos países del mundo por mujeres comprometidas con su historia.
En una época convulsionada por la industrialización, la expansión colonial y la Primera Guerra Mundial en los Estados Unidos, Europa y Rusia mujeres activas –muchas de ellas afiliadas a grupos socialistas y fuertemente vinculadas con los movimientos obreros- decidieron hacer visible la situación de desigualdad legal, ética y política en la que se encontraban sus congéneres a lo largo del enorme mundo que en ese entonces comenzaba a ser más pequeño por las incipientes tecnologías de transporte y comunicación.
A decir de la propia ONU, en 1909 un manifiesto del Partido Socialista de Estados Unidos proclamó el día de la mujer para reivindicar la igualdad jurídica y laboral para las mujeres. Un año después, la Internacional Socialista instituyó la efeméride con dimensión global y subrayó un aspecto trascendental: el del sufragio universal femenino; es decir, que las mujeres tienen derecho a participar en la vida política de sus regiones y países, a votar y ser votadas, además de al trabajo y la formación profesional… Quedó claro, entonces, que la fecha enmarcaba una fuerte dimensión social y política y con su presencia en diversos mítines en muchos países miles de personas refrendaron su exigencia de reconocimiento.
Imagen: Cinthya Tecpóyotl
Poco más de cincuenta años después la ONU volvió a poner sobre la escena pública la intención originaria de quienes habían creado el día de la mujer y para 1975 lanzó un año internacional con ese tema e instituyó el 8 de marzo como efeméride para todos los países pertenecientes al organismo. 133 países se reunieron en una Conferencia realizada en México para afinar una agenda política que cristalizaría 20 años después en la Cuarta Conferencia Internacional de la Mujer, en Beijing, que contó con la presencia de más de 17 mil participantes.
En ella se produjo una plataforma de acción, que “es un programa encaminado a crear condiciones necesarias para la potenciación del papel de la mujer en la sociedad. Tiene por objeto acelerar la aplicación de las Estrategias de Nairobi orientadas hacia el futuro para el adelanto de la mujer y eliminar todos los obstáculos que dificultan la participación activa de la mujer en todas las esferas de la vida pública y privada mediante una participación plena y en pie de igualdad en el proceso de adopción de decisiones en las esferas económica, social, cultural y política”.
Imagen: Aurora Aldazaba
Los conferenciantes lograron establecer 12 ámbitos que deberían ser considerados al establecer las agendas de trabajo de género: La mujer y la pobreza, Educación y capacitación de la mujer, La mujer y la salud, La violencia contra la mujer, La mujer y los conflictos armados, La mujer y la economía, La mujer en el ejercicio del poder y la adopción de decisiones, Mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer, Los derechos humanos de la mujer, La mujer y los medios de difusión, La mujer y el medio ambiente, La niña.
Recién en el 2015 se reunieron líderes de 85 países en la sede de la ONU para evaluar la Plataforma de Beijing y al mirar el camino por recorrer tomaron acuerdos en materias de financiamiento de programas, avance en esquemas y marcos jurídicos en sus naciones, metas para creación de condiciones de igualdad de género en lo social, político y económico. Quedó claro que la tarea por venir sigue siendo enorme y prioritaria: para los individuos, las instituciones, las comunidades y los países.

Conmemorar a las mujeres

Imagen: Beto Vergara
El recorrido histórico sobre el día internacional de la mujer permite ver que tener la efeméride presente es más que mandar tarjetitas sobre lo amorosas, maternales, creativas, abnegadas, generosas, luminosas y demás adjetivos que les pongamos a las mujeres para definir lo que son… Es una invitación para revisar en lo personal, en lo local, regional, nacional e internacional lo que hacemos para que nuestras formas cotidianas de interacción sean más efectivamente igualitarias en los asuntos de género y que las estructuras jurídicas, económicas y políticas creen marcos reales para que la participación de las personas promueva vivir conforme a la dignidad humana.