Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

viernes, 18 de octubre de 2019

Revisión de la Modernidad ¿qué habría que actualizar?


Autora: Tanya Arellano Gómez. La autora es filósofa, con más de 20 años de experiencia universitaria. Ha trabajado en instituciones como la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, la Universidad Iberoamericana Puebla y la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.

El presente texto corresponde a la conferencia del mismo nombre presentada en Guadalajara, Jal. el 17 de octubre de 2019 en el ciclo Filosofía en el fondo, del Fondo de Cultura Económica.

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Filosofar es dialogar: es un acto de esperanza compartida.
E. Nicol, Prefacio del temor en el “Porvenir de la Filosofía.”

Comienzo agradeciendo la invitación a esta conversación, no solo en un sentido personal, (para mí) sino también en general, como espacio de diálogo, de búsqueda y apertura, como un oasis en un desierto de prisa y sinsentidos, de respuestas a cosas que nadie ha preguntado… agradezco este espacio de humanización, de construcción de lo humano.
Las ideas que propongo a ustedes esta tarde tienen la intención de compartir el diálogo y el pensamiento,  (el logos en el sentido original de palabra y razón) en torno a la modernidad. 

  1. Logos, expresión y construcción de lo humano
  2. Logos constructor de comunidad humana
  3. Crisis de la razón dialógica, el logos que solo significa
  4. Bulo Plukrose, Lindsay y Boghossian. Un desafío contemporáneo a la criticidad


1.      Introducción
De la modernidad pueden decirse sin duda muchas cosas, muchas buenas, otras no tanto… en esta plática me gustaría referirme a la característica más identificada de la modernidad: la razón humana, el logos de los griegos.   La modernidad en la historia de Occidente es el período que se distingue por la afirmación del individuo y por el uso de la razón humana más allá de la censura de la Edad Media.  No olvidemos que este tipo de pensamiento surge en un contexto lleno de cambios, de un mundo que está creciendo muy rápido y donde las explicaciones de la realidad heredadas del medievo se van quedando cortas, las explicaciones del pasado dejaron de funcionar.  El hombre busca algo que le de firmeza, más allá de la religión y encuentra en la razón este criterio que le ayuda a descifrar este mundo nuevo. Este entusiasmo por la razón, lleva al hombre a descubrir y pensar cosas antes inimaginables que ayudan también a ensanchar ese mundo.  Las preguntas de la modernidad muestran un hombre libre con una razón libre.
Las preguntas que mueven a la formulación de la certeza cartesiana ¿cuál es la diferencia entre la vigilia y el sueño?, ¿en qué fundar la existencia de lo real?, etc. muestran esta razón que busca y no encuentra límite en la indagación. Este es un primer elemento de la razón moderna que creo que deberíamos revisar y recuperar, el entusiasmo en la búsqueda racional y la libertad en dicha indagación.
La afirmación cartesiana que tradicionalmente se considera como la inauguración de la modernidad, el  Je pense, donc je suis  nos habla de una certeza en la que se funda todo lo real, una certeza que sostiene sólidamente, que no defrauda… una certeza en la que se cree firmemente. Propongo este segundo rasgo de la razón como algo que tendríamos que revisar antes de desechar definitivamente… la confianza en la razón humana. La confianza en que esta razón puede sostenernos, por lo menos de modo provisional, sin ingenuidad, pero sin escepticismo… La razón no como un monolito inmóvil, sino como una construcción colectiva, aportes y miradas que construyen el conocimiento de la realidad, más allá de la mera subjetividad. Esta construcción que me permite ubicarme en un mundo que no solo yo habito.
Con esta libertad de la razón comienza un período de logros y descubrimientos, la razón nos permite alcanzar los sueños y soñar cada vez más… el progreso se vuelve entonces  la manera moderna y secular (no religiosa) de la salvación, de la trascendencia.  El progreso marca el rumbo y el camino de la historia, criterio supremo de valoración de la realidad.  El progreso hace evidente el cambio y permite medirlo (cuantificarlo). Lo cual resulta muy atractivo y casi irrefutable.
No estoy en contra del progreso ni de sus evidentes virtudes, entiendo bien el entusiasmo que provoca en las personas al hacer la vida más sencilla, más cómoda, más larga, más segura, más higiénica, más saludable, más indolora… lo que me gustaría aclarar es que la brillante luz del progreso nos deslumbró y nos llevó a buscar el provecho de ese progreso en cada una de las esferas de la realidad.  
Así fue como llegamos al modo más eficiente de acabar con vidas humanas. Hay quien culpa a la razón moderna y eficiente de los horrores de los campos de exterminio, no porque los nazis estuvieran inventando la crueldad y las torturas, sino porque fue un modo muy “racional” y eficiente de lograrlo.  Los campos fueron diseñados como “líneas de producción” eficientes, de modo que las ejecuciones fueran rápidas y efectivas. Pero usar a la razón solo como un medio para un fin “inhumano” es despojarla de su función principal que consiste en la comunicación, en el vínculo con los otros.  Esta es la razón que hemos llamado “instrumental”,  que puede ser utilizada para diferentes fines.  Este rasgo de la modernidad, provocado por el “control” desmedido proveniente del entusiasmo por los evidentes logros del progreso, es solo un modo de usar la razón, pero no es el único, y es contrario al sentido original del logos griego (palabra y razón) pues muestra un aspecto inhumano de la razón y de este modo configura lo que somos.
La razón que no da razones, (solo resultados)  es solo el álgebra de la acción. Y en este afán nos constituye.  (nos vamos haciendo de cierto modo en gracia al tipo de razón que utilizamos).

2.      Logos, expresión y construcción de lo humano
Hacer filosofía es hacer ideas del hombre (aunque el tema no sea antropología).  Cada idea desde la filosofía nos muestra un rasgo de lo humano y a su vez configura a lo humano desde estas ideas. Hacer filosofía es construir al hombre.  Una característica fundamental del hombre es la expresión, somos expresión y estas expresiones nos permiten también conocernos. El elemento del autoconocimiento configura lo que somos. El “Conócete a ti mismo”, inscrito en el templo de Apolo en Delfos, no es un saber curioso, ni un saber menor.  Saber de sí es fundamento de la autoconsciencia y piedra fundante en la construcción de lo humano en el hombre.  Dice Eduardo Nicol en El Porvenir de la Filosofía, que: “…el infrahombre es el que no tiene idea de sí mismo; esta idea es la que se puede obtener de la filosofía” (Nicol, 1985: 187)
La razón humana (el logos) establece una relación “pura” en un doble sentido: primero con el ser, tratando de conocerlo solo como es en sí mismo y segundo, una razón pura debido a la forma purificada de relación interhumana (ateniéndose al ser, más allá de la conveniencia individual).
La filosofía y la ciencia en general tienen la intención de hacer patente al ser, de manifestar su presencia.  El ser ya está presente en las cosas, la tarea de la razón es iluminarlo para hacer patente esta presencia.  La razón ilumina, muestra…  el trato habitual con las cosas no las ilumina, es la razón lo que las esclarece.
Esta disposición racional de conocer al ser y hacerlo presente frente a los ojos humanos altera también la relación con el otro a quien (le) presento al ser y con quien lo comparto.  El interlocutor no queda excluido de la relación de verdad con las cosas.  (que yo conozca este libro y que así lo nombre, me relaciona con el libro y también con ustedes, con quienes comparto esta palabra, este conocimiento, con quienes puedo hablar del libro…)  

3.      Logos constructor de comunidad humana
De hecho la relación con el otro, completa la visión del ser que se tiene en la experiencia individual.  Esta experiencia racional de relación con el ser modifica mi relación con el otro, quien se vuelve más cercano al compartirla,  (el conocimiento racional de este objeto nos une… estar de acuerdo en lo que ES en sí mismo, más allá de la conveniencia personal me permite establecer un lazo con el otro).    “El juego de las opiniones discrepantes se desenvuelve en el terreno acotado por una evidencia compartida”  (Nicol, 1985:189).  “…la evidencia no es una opinión en la que, por accidente, muchos concuerdan” “…con el entendimiento entendemos incluso mejor la opinión discrepante; con la razón discernimos las razones del otro.”  (Nicol, 1985:189).  Apelar a la razón, nos permite reunirnos en un terreno neutral más allá de la subjetividad individual.  Esta razón nos une y nos construye íntimamente, es la razón en la que pensamos lo que somos)
“Entender es entenderse con palabras” (Nicol, 1985: 190) es por esto que el verdadero problema no es la razón, sino el paso del régimen de la razón al de la  sinrazón, (postverdad) a un vivir una vida donde no sea importante dar razón de las cosas, donde no se requiera conocer al ser ni hablar de él con palabras de razón. 
Frecuentemente no somos conscientes de que nuestra existencia está basada en el logos, pero lo que somos y el modo en que lo somos, está configurado por nuestra manera de hablar y de pensar.   Creemos que es imposible que el logos desaparezca, como si fuera imposible el “enmudecimiento” humano… sin embargo desde hace algunos años estamos frente a una forma no-dialógica del logos, frente a un tipo de palabra que suena pero no comunica, transmisión sin auténtica comunicación.
Renunciar a la razón que busca la verdad es renunciar a un orden de coexistencia con el otro y con las cosas, que ensambla la comunidad (Es el hecho de definir, ordenar, acomodar la realidad, lo que otorga certeza de las cosas y del lugar que ocupa el hombre frente a los demás, a lo demás y frente a sí mismo.  Cuando nos quedamos con la razón meramente instrumental, vaciamos de sentido la palabra al tiempo que nos vaciamos de sentido. Pero no olvidemos que ésta no es La Razón, es solo un modo inhumano, de usarla.
No estamos atribuyéndole a la razón la característica de “infalibilidad”, bien podemos errar en el intento por conocer,  sencillamente nos referimos a que este esfuerzo honesto en la búsqueda del ser,  y depurado de las conveniencias personales, es lo que permite la construcción del vínculo de “verdad” con la realidad y con los demás.  “…el entendimiento entre personas es el fin que buscamos con el entendimiento entre las cosas” (Nicol, 1985:191).  Este es el sentido de la razón humana.  Incluso una verdad puede hacerse comprensible en una formulación defectuosa del lenguaje, y de modo contrario, una formulación perfecta (con rigor intachable) puede ser incomprensible y en ese sentido no cumplir con su objetivo final.  El carácter esencial del logos es su capacidad dialógica.  El rigor formal no es fin, sino medio para el entendimiento de sí y de la realidad.
Para que la razón rinda su fruto debe haber consenso y confianza,  El consenso no construye a la razón, la sostiene o la cuestiona, la analiza…  en todo caso la razón sirve de base al consenso…  si no es así, el consenso se sostiene poco… (algo que puede sostener al consenso, que no sea la razón, puede ser el interés, pero este dura, solo mientras dura el interés…)

4.      Crisis de la razón dialógica, el logos que solo significa
La razón que estamos criticando ahora es aquella en la que se pierde la intención de verdad, “…el uso de razón como iluminación comprensiva del ser” (Nicol, 1985:193) (que comprende al ser y a los sujetos que participan de esa evidencia común.)  Lo comunicado no es solo un contenido que se transmite de una inteligencia a otra, es el nexo que construye la comunidad de dos seres completos, a través del conocimiento del ser.
Le seguimos llamando comunicación puesto que existen símbolos comunes que permiten la inteligibilidad del mensaje, pero prescinde de propósito vinculatorio.  Es totalmente impersonal.
Existe una ruptura entre la razón que expresa al sujeto  (la que comunica) y la razón puramente significativa; esta razón práctica que solo se refiere al nombre de las cosas para usarlas, una suerte de código, impersonal, sin vinculación de quien lo dice con lo que se dice, ni a quien se dice…   El problema está en que esta separación, se convierta en el modo “normal” (casi único) de relación con lo real.  Esto es lo que estamos calificando de inhumano, porque fragmenta al hombre, no lo considera completo.
La verdad de razón expresa la condición del ser que busca a la razón como base común de entendimiento. (no solo el gusto, no solo el interés…)  La razón (o el lenguaje) vaciada de expresividad, es como un álgebra que organiza la acción fuera del interés de la verdad. Como hemos dicho antes, que suena pero no expresa. El logos es expresivo mientras es procurador, buscador de la verdad. Se vuelve inexpresivo cuando su única finalidad es la de procurar bienes y servicios.  En esto consiste la crisis de la razón dialógica.
Esta crisis de la razón dialógica se expresa también en el la visón mecanicista del mundo, de esta consideración del universo como un gran mecanismo donde cada parte tiene una función que debe cumplir de modo eficaz.  Incluso el cuerpo humano funciona como parte de este gran mecanismo.  Cada órgano, cada articulación, cada hueso, cada célula tiene su lugar en este orden eficiente. Se toma al hombre por “partes” no como un todo completo e individual.
La conversación través de la razón y no solo de la emoción o de la conveniencia, (independientemente del tema que esta razón aborde) es un acto racional, donde lo que se pretende es argumentar: hablar del ser con palabras de razón. Pero si eliminamos esta posibilidad humana de relación con las cosas que consiste en conocerlas, de verdad, si desconfiamos de la razón y de su capacidad de ponernos frente a la realidad común, corremos el riesgo de quedamos en el pantano de las opiniones (relativismo) y las dudas (escepticismo). 

5.      Bulo Plukrose, Lindsay y Boghossian. Un desafío contemporáneo a la criticidad
Justamente hace un año, nos enterábamos del caso del matemático James A. Lindsay, la editora Helen Pluckrose y el filósofo Peter Boghossian, tres intelectuales norteamericanos de izquierda,  quienes redactaron 20 artículos de investigación llenos de terminología, pero sin fundamento alguno, y los enviaron a publicaciones internacionales (el tipo de artículos que suman muchos puntos académicos…)  La finalidad de este trabajo era evidenciar que incluso en publicaciones prestigiosas y reconocidas hemos caído en el relativismo y en el exceso de no tener que demostrar las propias afirmaciones.  Se acepta como verdadero si  “suena bien” y si halaga las concepciones ideológicas de los editores.
Estos tres intelectuales  utilizan el término: discurso del agravio, para referirse al discurso usado en los estudios reivindicativos (género, raza, sexualidad). El tipo de discurso es usado en el ámbito académico para aceptar sin mayor demostración o fundamento cualquier afirmación que suene “reivindicativa” de alguna minoría y descalificar cualquier afirmación que suene a lo contrario.  Plukrose, Lindsay y Boghossian, publicaron  en la revista electrónica Areo, el artículo: Academic Grievance Studies  donde explican el bulo.
Varios de los trabajos enviados a estas revistas fueron efectivamente publicados, algunos estaban en revisión cuando se descubrió el engaño. Incluso el artículo  "Reacciones Humanas a la Cultura de la Violación y la Performatividad Queer en el Parque de los Perros en Portland, Oregón" (“Human reactions to rape culture and queer performativity at urban dog parks in Portland, Oregon”),  que fue publicado en mayo 2018 en la revista: Gender, Place & Culture, recibió muchos elogios y fue honrado como uno de los 12 artículos que aparecieron en el volumen que celebraba el 25 aniversario de la publicación. Actualmente aparece cancelado con la palabra “REJECTED”  y tiene 50,499 vistas en la página de la revista[1]  La razón que ha dado la revista para que el artículo aparezca rechazado (rejected) es que fue firmado por “Helen Wilson”, persona que en realidad no existe, lo que sorprende es que no haga ninguna referencia al contenido del artículo.
Este hecho tiene antecedente en 1996 cuando el físico Alan Sokal envió el artículo académico: “Transgrediendo fronteras: hacia una hermenéutica  transformativa de la verdad cuántica”  a la prestigiada revista postmoderna de estudios culturales, Social Text publicada por la Universidad Duke de Carolina del Norte.   El artículo sostenía que “…la “gravedad cuántica”, entre otras cosas, es un “constructo” social y lingüístico y que “la crítica feminista y posestructuralista [...] han revelado que la ‘objetividad’ es una fachada tras la cual repta la ideología de la dominación”. (Sheridan: 2018, 80) 
Respetar y reivindicar a las minorías y a quien han sufrido discriminación no solo en su persona, sino de modo institucional a lo largo de la historia, es necesario y urgente, es una obligación de todos como sociedad y de cada uno de nosotros como individuos.  Sin embargo con la falta de seriedad y rigor en las apologías de las poblaciones discriminadas, logramos justamente lo contrario. 
Cualquier idea que se imponga sobre otras, sin la posibilidad de diálogo, rompe la comunicación y se convierte en ideología. Despoja al logos de su característica fundamental de construir comunidad, de ser palabra que forma al hombre y a la realidad misma al ofrecer un conocimiento del ser a través de la razón.
¿Que por qué lo hicieron? Los autores responden: “Porque somos racistas, sexistas, prejuiciosos, misóginos, homofóbicos, transfóbicos, transhistéricos, antropocéntricos, problemáticos; porque somos unos hombres blancos privilegiados, bullies, ultraderechistas, heteros (y una mujer blanca que demuestra su misoginia internalizada en su afán de aprobación masculina). Nada de eso es cierto, pero no importa: de eso seremos acusados.” (Sheridan: p.80)
 “Esperamos ser redimidos después. Los temas de género, raza, sexualidad y cultura tienen una enorme importancia social y requieren ser estudiados con mucha atención y con todo el rigor académico, más adelante nos daremos cuenta de que merecen más atención de la que ahora reciben.” (Areo, Academic Grievance Studies)
Cuando se descubrió el bulo hubo opiniones encontradas, fue aplaudido por Steven Pinker y Jonathan Haidt y hubo también quien se enojó con las revistas que publicaron los artículos, quienes se enojaron con los autores y quienes se enojaron con ambos… Posiblemente argumentar e intentar demostrar en un ensayo muy serio, que existe un problema en los criterios de selección de artículos académicos, no tiene el mismo efecto que evidenciarlos públicamente… Lo que podemos decir es que la verdad se funda en la confianza y poner en evidencia el sistema y los criterios de selección de artículos académicos, no construye esta confianza, solo pone de manifiesto la necesidad de ser más serios y objetivos al respecto.  Señalar dónde está el problema, solo es el primer paso para su solución.  Pero ya es un paso, dirán algunos…
James Lindsay y Peter Boghossian, dos de los involucrados en el bulo, publicaron recientemente el libro; “How to have imposible conversations”  donde se refieren a la necesidad de aprender a dialogar de manera efectiva, seria y conciliadora. Califican su obra como libro de “autoayuda” para lograr esas conversaciones imposibles, pero necesarias.  La necesidad y la importancia del diálogo, ya las hemos explicado antes, por eso considero loables los esfuerzos  por realizar de modo efectivo este diálogo.  (Estar aquí está tarde pensando y conversando juntos estos asuntos, sin duda contribuye también a la construcción de la comunidad dialógica y a la construcción de lo humano)

6.      Conclusión
Como dije al principio de este diálogo, más que una revisión exhaustiva mi intención era revisar algunos aspectos de la modernidad en un afán de discernir lo que de ésta tendríamos que recuperar:
1.      Búsqueda racional y la libertad en dicha indagación.
2.      La confianza en la razón humana
3.      Utilización de la razón para el autoconocimiento y autoconstrucción de lo humano
4.      Uso de la razón para la construcción de la comunidad
5.      Razón comunicativa y no simplemente significativa de objetos

Efectivamente la modernidad nos mostró el lado obscuro de la razón, pero esa utilización excesiva no es toda la razón. Es ciertamente una razón que no expresa lo humano, ni construye lo humano, ni construye la comunidad humana, una razón que divide al hombre al considerarlo solo desde el punto de vista de la utilidad práctica, como una cosa entre las cosas…
Pero lo que hemos dicho es que esa no es toda la razón… 

Hay una razón que expresa lo humano, construye comunidad humana, reconoce al hombre como un ser completo y complejo. Una razón capaz de ser certeza en la cual sostenerse y sostener el conocimiento humano de la realidad aunque sea de modo provisional.  Esta razón, este diálogo que es esperanza compartida, como dijimos en el epígrafe. Esta razón que entusiasma.  Esta es la razón que debemos rescatar, fomentar, divulgar, acaso contagiar…
Desde el ámbito educativo en el que he trabajado más de 25 años, en el que  creo y me siento vitalmente comprometida, veo muy claramente la tarea. Educar para la paz, educar la esperanza de las jóvenes generaciones a través de la búsqueda honesta de la verdad a través de la razón.  No la verdad entendida como la iluminación estática (inerte)  de un individuo, sino como una construcción humana colectiva, que apunta a conocer al ser del modo menos cercenado posible, sin intención de sacar provecho personal de este conocimiento, sin poseerlo,  sino de ponerlo frente a los demás para observarlo, discutirlo, corregirlo… y construir con esto una comunidad más justa y más fraterna, donde haya espacio para todos y todas, no desde la concesión superficial y barata, sino desde la razón de verdad, la que expresa y no solo significa que construye la comunidad y nos construye humanamente en ese intento. Desde la justicia que se funda en la verdad y no el revanchismo de la falsa “reivindicación”.

Referencias y Bibliografía:

·        González-Carvajal, Luis. (1993) Ideas y creencias del hombre actual. Sal Terrae. España. https://es.slideshare.net/Gatojazzy/luis-gonzlez-carvajal-ideas-y-creencias-del-hombre-actual
·        Nicol, Eduardo. (1986). El Porvenir de la filosofía. Fondo de Cultura Económica. México.
·        Plukrose, Lindsay and Boghossian. (2018). Academic Grievance Studies and the Corruption of Scholarship. (septiembre, 2019), de Areo Sitio web: https://areomagazine.com/2018/10/02/academic-grievance-studies-and-the-corruption-of-scholarship/
·        Sheridan, Guillermo. (Noviembre 2018). Sokaleando a Sokal. Letras libres, 239, 80.



[1] (el artículo que le sigue en vistas es: “La tiranía de los espacios generizados: reflexiones desde más allá de la dicotomía de género”, con 17, 304 visitas,  escrito por la Dra. Petra L. Doan de la Universidad de Florida). 


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