Autor: José Antonio Brito Solís. Si quieres conocer más del autor, haz click aquí
Edición y cuidado: Socorro Romero Vargas y Rafael de Regil
La Covid-19 no es solo una enfermedad, como solemos entenderla... Es un acontecimiento social, hhistórico, político y económico que ha modificado las condiciones estructurales en las que se da la vida cotidiana. Continuar nuestra vida en el contexto que se ha creado implica realizar cambios respecto de uno mismo, los demás y el mundo que solo serán posibles si resignificamos y replaneamos nuestra vida, en lo más inmediato y en el sentido último desde el que la vivimos.
José Antonio Brito Solís, autor invitado de los Apuntes en el Camino, quien cada vez es más "de esta casa" nos comparte su reflexión sobre las cuatro grandes áreas en las que debemos hacer cambios
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"El ser humano
moderno vive bajo la ilusión de saber lo que quiere, cuando, en realidad, desea únicamente lo que se
supone ha de desear.
Saber lo que uno
realmente quiere representa
uno de los problemas
más complejos que enfrenta el ser humano."
–Erich Fromm
Cuando en la historia otras generaciones han tenido que enfrentar momentos de cambios dramáticos, súbitos, en los que el mundo que vivieron se convirtió en otro totalmente, echaron mano de todos sus recursos humanos para salir adelante, en medio de la incertidumbre, con solo una certeza: avanzar paso a paso, aprender de la realidad y no solo de sus ideas previas.
En este nuevo modo de vivir tendremos que aprender muchas cosas y el reto es que debe ser pronto y con la conciencia clara para identificar qué se debe cambiar y qué seguir haciendo. La más fuerte lección que nos ha dado la pandemia ha sido sin duda el reconocer nuestra fragilidad ante la muerte y la vulnerabilidad que tenemos como humanos. Hecho que indudablemente siempre hemos sabido y muchas veces hemos desafiado. Sin embargo, la presencia y letalidad del coronavirus nos ha mostrado que ahora transitamos sobre caminos de muchos riesgos y si queremos avanzar lo debemos hacer con mucho cuidado, porque no somos invencibles.
Un nuevo momento, nuevas formas de vida
Erich Fromm, en su libro ¿Tener o ser?, escribió sobre la promesa del progreso ilimitado que la época industrial desde sus inicios planteó. En su obra hace un análisis crítico sobre la era que estaba floreciendo, en la cual la técnica y la ciencia serían la respuesta porque nos harían omnipotentes, creadores de un segundo mundo al usar los recursos de la naturaleza como bloques de construcción para una nueva creación.
En la visión moderna, dominar la naturaleza y la abundancia material nos daría libertad y esperanza ante un mundo que durante muchos siglos fue controlado por la ignorancia y dominado por un poder prácticamente teocrático, que limitaba el progreso. La nueva ciudad terrenal del progreso reemplazaría a la ciudad de Dios... Pero al paso del tiempo fuimos testigos de que todo quedó en una ilusión.Foto: Toño Brito |
Este momento es una oportunidad para replantear y resignificar el
sentido de nuestro andar en el mundo. Estamos siendo testigos de una
trasformación inédita del mundo y con ello vale la pena reflexionar sobre
cuatro aspectos que podrían ponerse como centro para la nueva vida que estamos
comenzando.
Reconciliarnos con la naturaleza
La lección ya fue dada. Hemos
lastimado como nunca antes en la historia al planeta y aunque ya lo habíamos
reconocido desde hace años, verdaderamente nuestro modo de vida no estaba dando
señales de una trasformación urgente. Las políticas en muchos países para el
cuidado del medio ambiente apenas estaban comenzando a discutirse y algunas a
operarse tras una larga lucha de protestas en el mundo.
Algunas grandes industrias han hecho
caso omiso y continúan centrando sus decisiones ponderando el capital, otras
están encaminando sus directrices a renovar la forma en que producen sus
productos y otras han sido muy responsables con el planeta. Hoy no hay mucho
que discutir: es nuestro compromiso saldar la deuda con la naturaleza y
reconciliarnos con ella, a través de un verdadero sentido de respeto y cuidado
de todos y cada uno de las personas que habitamos el planeta.
Establecer procesos solidarios
La única manera de enfrentar esta
crisis es de manera conjunta, no será posible resolver los problemas de manera
aislada y sin pensar en los demás. En la vida todos estamos interrelacionados.
El sentido de colectividad y comunidad debe formar parte de la manera de
movernos en el mundo, en ese sentido la solidaridad debe ser una práctica fija
en la forma de cómo nos relacionamos en todos los ámbitos de la vida. Esta misión compartida donde todos
colaboramos es un mecanismo de progreso, que ahora no debe ser una opción, sino
una manera de vivir. Esta percepción de mirarnos como una sola humanidad debe
romper las barreras que han fragmentado las diferencias étnicas, religiosas, de
raza, económicas, de género; entre otras que nos han limitado crecer en una
libertad responsable, justa y pacífica.
Estrechar y consolidar lazos cercanos
Foto: José Antonio Brito |
La familia es el espacio que nutre la
carga emocional y de valores que necesitamos para nuestro equilibrio interior y
bienestar. Hoy es importante construir nuevos medios para reconocer y resaltar
el amor y la gratitud entre los miembros de nuestra familia y amigos. Este
valioso vinculo fraternal de sangre y afecto debe ser la fuente que alimente el
modo solidario y compasivo que llevaremos afuera, a las calles, al trabajo, a
la escuela.
El amor de familia y de nuestros amigos nos demostrará que la lealtad y la integridad es un legado invaluable que la humanidad.
Descubrirnos desde lo profundo
Abrirnos paso a descubrirnos desde
nuestra espiritualidad es una forma de tener una aproximación real a lo que
queremos de la vida. El sentido y significado de nuestra existencia es una
respuesta personal que la podemos clarificar cuando nos escuchamos desde
adentro. El ruido del mundo al que estamos
acostumbrados nos ha enseñado a mirar más afuera que al interior. Conocernos
más espiritualmente ayudará a ordenar nuestros afectos, a discernir para actuar
y pararnos en el mundo de una manera más humanizante.
Los cambios no son fáciles, pero si son posibles. El replanteamiento y resignificado de estos cuatro aspectos pueden servir como uno de los muchos referentes que hoy surgen para comenzar una nueva era y una nueva forma de ser, hacer y estar en la vida y responder a uno de los problemas más complejos que enfrentamos: saber qué queremos de la vida, para transitar más allá de la emoción de la pandemia (te puede servir el texto: https://misapuntesenelcamino.blogspot.com/2020/04/tras-la-emocion-de-la-pandemia-la.html que invita a cambiar personalmente mientras cambia el mundo, para que algo bueno ocurra cuando la pandemia se vuelva endemia).