Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

miércoles, 13 de enero de 2021

¿Sujeto agente o paciente? La forma en la que nos vivamos marca una gran diferencia

Autor: José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer más del autor, haz click aquí
Corrección y cuidado: Socorro Romero Vargas

En el comienzo de año o en de una etapa de vida ya sea de trabajo o de relaciones interpersonales, nos enfrentamos a legítimos deseos de cambio, de mejora o de continuidad en aquello que nos construye como sujetos, como parte de un grupo o comunidad, como responsables del mundo en el que habitamos.
         Frecuentemente terminamos lejos de lo deseado y es porque no nos consideramos realmente sujetos agentes de nuestras propias acciones. Me atrevo a afirmar, incluso, que muchas veces nos vivimos como meros sujetos pacientes de los procesos en los que terminamos siendo envueltos, sin protagonismo ni interlocución.
         Distinguir entre ser sujeto agente y ser sujeto paciente en lo que a nuestra vida corresponde en sus diversas dimensiones (consigo mismo, con los demás, con el mundo, incluso con Dios) marca una diferencia que puede ser buen comienzo para la construcción de nuestra autonomía, para ser autogestivos y capaces de autodeterminarmos, siempre en relación a nuestros procesos internos y externos, con los demás y nuestro contexto, pero nunca reducidos a ser "marionetas" de otros o de lo otro en nuestra existencia.
          En esta tensión se juega el drama de la libertad, que es el llamado y la capacidad que tenemos de autodeterminarnos con los demás en el mundo; es decir, que podamos decidir qué forma queremos dar a nuestra vida decidiendo lo que hemos de hacer ante la genética, la estructura psicológica, el dinamismo social en el que estamos inmersos o la cultura en la que nos hemos abierto paso a entender y valorar la libertad. 
          Si no somos agentes seremos solamente heterodeterminados (otros nos darán forma, nos determinarán: seremos el hijo que mamá quiere cuando tengamos 40 años, el consumidor que fabrica la publicidad, el objeto que manipule nuestra pareja, la pieza insignificante de la maquinaria productiva); si lo somos, existiremos en las mismas coordenadas, pero podremos determinar nuestra actitud, posiblemente elegir la respuesta que dar a los desafíos de nuestra propia condición, de los conflictos en la convivencia con los demás, del equilibrio medioambiental o las situaciones sociales, económicas o políticas.
          En este "apunte en video" te compartimos una reflexión al respecto.