Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

No hay calidad educativa sin calidez en la interacción humana

 Autor: José Rafael de Regil Vélez... Si quieres conocer más del autor haz click aquí

La calidad educativa, académica, no solo es una demanda social y del mercado laboral, sino una exigencia intrínseca al acto mismo de educar.
          Educar, en cualquier etapa de la vida y para cualquier momento de la vida, es una praxis de acompañamiento en el que una o más personas -o más propiamente dicho, miembros de una comunidad educativa-, se ponen al lado de otras, codo a codo, para crear las condiciones que permitan responder de la mejor manera realmente posible al llamado de ser más, por con y para los demás, encargándose del mundo que se los carga, abiertos a un sentido trascendente de la vida.
          Así, la educación es una praxis provocadora y convocadora de humanidad. Diseña procesos para que las personas puedan desarrollar las herramientas humanas y humanizantes con las que puedan construirse tales, sean capaces de construir un mundo en el que la dignidad humana sostenible sea de alguna manera posible.

Sin calidad educativa el proceso no lleva a parte alguna

          Al final del proceso la personas debe poder comprenderse comprendiendo sus interacciones con los demás y la realidad en la que vive; ha de ser capaz de manejarse a sí misma, de convivir proactiva y pacíficamente para superar los desafíos económicos, sociales, políticos, ambientales en los que vive. 
          La persona educada ha desarrollado competencias blandas y duras de comprensión crítica y afectiva de la realidad (sentido común, visión científico-tecnológica y filosófica), de trabajo en equipo, de comprensión multicultural, de comunicación en diversos lenguajes, de adaptación a situaciones y capacidad para transformarlas.
          Y nada de eso es posible sin la exigencia que supone la calidad académica. Una institución educativa realiza con calidad su labor si actúa conforme a los requisitos que su misión tiene: camino demandante, que requiere claridad de propósitos, de métodos y técnicas en procesos permanentes de evaluación que permitan la mejora y la continuidad en la reflexión constante sobre la teleología educativa y los medios utilizados para lograrla.
          En una visión ingenua de la educación suele pensarse que la calidad pretendida en este ámbito humano se logra con rigidez, con distancia, cual sargentos de película en la que haya reclutas a los que se les grita, denosta, casi se les acosa.

Sin calidez en el interactuar, tampoco se logran las finalidades educativas

Nada más lejano de la realidad. La única forma que haya educación y que sea de calidad es que un grupo de educandos (niños, jóvenes, adultos) confíen, crean que la labor a la que se les convoca es algo que bien vale la pena.
          La confianza, la credibilidad que son supuesto de una praxis educativa exitosa, de calidad, solo se logra a partir de relaciones humanas cercanas, amables, de real contacto interpersonal: nexos interpersonales cálidos, como los que se establecen en torno al lugar, ese lugar que tienen las familias en las que existe comunión- en el que todos confluyen para compartir lo que viven, lo que son y tienen.
            Si la calidad educativa es el requisito de la formación de ciudadanos competentes, compasivos, críticos y comprometidos capaces de afrontar los desafíos de su día a día, la calidez en las relaciones educativas es la condición sin la cual no hay procesos formativos...
          Amabilidad, familiaridad, confianza, comunión de propósitos y acciones que orientados razonablemente mediante planes y programas de estudio, de reglamentación lógica, funcional, de utilización de tecnología, de realización de proyectos, de creación de grupos de interés y cuanto medio esté al alcance, llega a la meta deseada: que haya mujeres y hombres capaces de recibir el mundo como les es dado, que lo comprendan, que hábilmente lo transformen aunque sea mínimamente, en un lugar más humano.
          Calidad y calidez en la educación: reto para los corazones y las mentes de quienes en las comunidades educativos asumimos los desafíos humanizantes de nuestro aquí y ahora con apertura global y comprometida con el futuro.

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El 22 de diciembre del 2022 he compartido estas reflexiones con académicos de la Universidad Tecnológica de Tlaxcala. En el hipervínculo puedes ver estas ideas desarrolladas esquemáticamente en una presentación que sirvió de guía para el diálogo sostenido.


Si quieres tener acceso a la presentación, sigue el hipervínculo haciendo click aquí.

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