Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

lunes, 6 de marzo de 2023

La escucha activa: conocernos para cuidarnos

 Autor: Alejandro Noé Ramírez López 


Con este texto nace una nueva categoría, un nuevo hashtag, en nuestros apuntes: ColoquiosPUII. Esta etiqueta cobija las reflexiones que algunos académicos de las preparatorias de la Universidad Instituto Irapuato comparten en su coloquio semestral y que vale han sido seleccionados por los participantes para ser dados a conocer en los Apuntes en el Camino.

Se trata, tal cual, de Apuntes nacidos en la labor educativa, tejidos en la búsqueda de reflexionar la experiencia y ponerla al servicio de más educadores. 

Agradezco que puedan salir a la luz a través de este blog.

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Resumen: Desde mi perspectiva, comprender las intenciones subyacentes al discurso, recibidas con la apertura y la disposición que se ejercita en la escucha activa, tiene consecuencias positivas que influyen en el ejercicio de una serie de actitudes y disposiciones que nos conectan como personas al conocernos (en este caso específico, al conocer cómo piensan nuestros estudiantes), empatizar y poder incidir activamente en el desarrollo personal de los jóvenes.

Hablar a partir de la reflexión-acción

Como todos aquellos que hayan transcurrido en este ser profesor, más allá de una tarea casual o contingente, llegamos a puntos de cuestionamiento y encrucijadas derivadas de los estados de crisis a los que vemos sometida nuestra psicología por la interacción con grupos humanos. El trabajo con personas implica que pensemos en cómo y cuánto aportamos a su desarrollo desde la trinchera del conocimiento que cada uno defiende y transmite por los medios que, buenamente, sintetizan nuestra formación académica, humana y la experiencia de la comunicación del saber. De lo contrario, no ejerceríamos una verdadera vocación.

En este texto asumo una postura crítica que atiza la voluntad de transformarme a mí mismo en relación con lo que puedo aportar a los demás. En este caso, a los jóvenes estudiantes que disponen su voluntad de aprender, así como a sus padres, quienes confían en nuestro profesionalismo docente para aportar y enriquecer la vida, el desarrollo personal y los saberes que forman a sus hijos.

En la teoría freireana se establece la noción acción-reflexión como un concepto dialéctico y, por consiguiente, dinámico que “designa el binomio de la unidad dialéctica de la praxis […] el hacer y el saber reflexivo de la acción. El saber que realimenta críticamente al hacer, cuyo resultado incide nuevamente sobre el saber y así, ambos se rehacen continuamente” (Kronbauer, 2015, p. 31).

De esta aportación extraigo la idea de acción-reflexión en la práctica educativa como un saber nutrido que constituye una concientización: nuestra interpretación del mundo se construye y reconstruye por la búsqueda de sentido en las vivencias, misma búsqueda que nos permite desarrollar la comprensión de una vocación docente con sentido. La experiencia y la aplicación de métodos y estrategias me han llevado a comprender mejor y paulatinamente los desafíos en la formación humana de los estudiantes.

Uno nunca es indemne a la necesidad de superación que implica el ejercicio de una vocación como la docencia. Con toda razón, es natural que asumamos el reto de la responsabilidad que sostenemos y que nos sostiene, la necesidad de mejorar día tras día nuestro desempeño docente y la posibilidad de brindar mejores ideas en nuestra comunicación de los conocimientos, hábitos y saberes.

La escucha activa

Una de las prácticas que más valoro como puerta al desarrollo del cuidado y el autocuidado es la llamada escucha activa. He notado consecuencias positivas derivadas de la misma, tales como la apertura al diálogo y el interés que combate la apatía al saber que las ideas expresadas son valiosas, así como el aprecio y la atención por lo que el estudiante mismo quiere decir. 

Desde el flanco del profesor, me ha aportado una enorme cantidad de información e ideas que me ayudan a comprender el entorno en el que los estudiantes se desarrollan, sus perspectivas, sus expectativas, su manera de ver el mundo cotidiano. Al escuchar activamente también puedo vislumbrar las carencias que requieren el esfuerzo aplicado de nuestras prácticas, estrategias y decisiones como profesores. 

Todo lo anterior implica cuidado y preocupación por la vivencia del otro que, a su vez, influye en mi vivencia y hace posible la dinámica de un entorno respetuoso y constructivo: un entorno humanista. 

La escucha activa o escucha asertiva se define como una destreza específica de la comunicación que implica prestar atención de manera indivisa y con el auxilio de la técnica denominada atención libre (free attention) según la definición de Carl Rogers (Robertson, 2005: 1053). Ahora bien, la atención libre es poner nuestra escucha a disposición del hablante, atender con interés y valorar lo que el otro dice sin interrumpirlo o comenzar una réplica a lo dicho de acuerdo con la definición que aporta Knights (1985: 85).

La escucha activa requiere concentración y atención a lo que la persona hablante está estableciendo, tanto verbal como no verbalmente. Como profesores, enfocar nuestra visión implica un proceso de lectura semiótica y constante que organice las manifestaciones verbales y paraverbales originadas en la fuente, el hablante, y cuya comprensión nos permita otorgar sentido a los signos y síntomas, a las actitudes y expresiones que puedan ser extrapoladas a las acciones que evocan las intenciones subyacentes al discurso.

Desde mi perspectiva, comprender las intenciones subyacentes al discurso, recibidas con la apertura y la disposición que se ejercita en la escucha activa, tiene consecuencias positivas que influyen en el ejercicio de una serie de actitudes y disposiciones que nos conectan como personas al conocernos (en este caso específico, al conocer cómo piensan nuestros estudiantes), empatizar y poder incidir activamente en su desarrollo personal.

Para ello, no solamente se debe llegar al proceso de comprensión y empatía, sino que debe avanzar en dicha secuencia para arribar a la determinación: el decidir la mejor dirección para trabajar en una transformación, adecuada y constructiva. Si somos capaces de canalizar los problemas por vías adecuadas y con el apoyo de los actores idóneos para fomentar el autocuidado y la preocupación por el desarrollo interno, entonces podremos pensar en la posibilidad de derrumbar las barreras que dificultan la conexión, la interrelación y la preocupación por el bienestar del otro.

Considero que, sin realizar primero esta labor de conocimiento, abordaríamos el reto de transformar la propia persona sin las herramientas necesarias, sin los fundamentos imprescindibles para brindarse a los demás; puesto que antes uno no se ha brindado a sí mismo el amor y el autoconocimiento que sostienen la confianza y la esperanza necesaria para afrontar los desafíos ineludibles de la vida cotidiana. 

Escucha, cuidado, aprendizaje y desarrollo personal



Es propio del autocuidado que, desde la posición de profesores, favorezcamos las condiciones para promover la autoedificación de los jóvenes, con todas las carencias, necesidades y destrezas que están involucradas en el hecho de crecer y ser joven actualmente, con el enorme reto que implica ser en un mundo como el que se presenta hoy ante nosotros.

Desde la práctica de la escucha activa puedo vislumbrar aspectos negativos y positivos que conforman a los seres humanos con quienes trabajamos. Específicamente, una de las cuestiones más preocupantes para la noción del cuidado que hemos revisado es que existe una subversión en el exceso: la noción del descuido que se confunde con cuidado. La falta de preocupación nos lleva a facilitar muchas ideas, automatizarlas, volverlas desprovistas de profundidad y de crítica en el afán de no desgastarnos y de facilitar los procesos, sean estos de aprendizaje o de formación humana y de la personalidad.

Tanto padres como profesores evadimos crear las condiciones propicias para el aprendizaje crítico cuando estas implican procesos indirectos que no derivan en nociones cuantificables e inmediatas. Comunicar la importancia de las actitudes implica una transformación de las ideas y ello se lleva a cabo mediante procesos oblicuos, indirectos, encaminados desde una visión dialéctica de los procesos del mundo. Ello conlleva aceptar que en la vida no hay nociones relevantes a las que se pueda llegar directamente, como se trazaría un camino del punto A al punto B y ello desafía la tendencia a la educación bancaria, donde canjeamos calificaciones como si se tratara de transacciones.

Precisamente, por medio de la escucha activa es que puedo dar testimonio de ciertas ideas que pueblan las certezas de los jóvenes con los que trabajamos día tras día: el descuido en formas aparentes del cuidado los ha llevado a asumir la idea de que el mundo es directo, como un intercambio o una transacción, o que las recompensas al esfuerzo y la aplicación de la voluntad son siempre cuantificables, que el sacrificio es una circunstancia que debe evadirse por todos los medios o que todo lo que valga la pena, como en un experimento de estímulo y respuesta, implica un condicionamiento con su recompensa. Nuestra misión de transformar comienza con el conocimiento. El cuidado también es saber escuchar a los seres humanos.

Referencias:

Kronbauer, L. (2015). Acción-reflexión. En D. Streck, E. Redin y J. Zitkoski (orgs.), Diccionario Paulo Freire (pp. 31-32). CEAAL.

Knights, S. (1985). Reflection and Learning: the Importance of a Listener. En D. Boud, R. Keogh y D. Walker, Reflection: Turning Experience into Learning (pp. 85-90). Routledge Falmer.

Robertson, K. (2005). Active Listening: More than Just Paying Attention. Australian Family Physician, 34 (12), 1053-1055.


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