José Rafael de Regil Vélez, si quieres saber más del autor, haz click aquí
Edición: Socorro Romero Vargas
Edición: Socorro Romero Vargas
El periodismo se ha vuelto indispensable en nuestras vidas.
Todos los días suceden muchísimas cosas a nuestro alrededor. Nos enteramos porque las vivimos pero también porque nos las cuentan en conversaciones o en trabajos periodísticos que nos llegan por diversos medios. Así sabemos que nos ha tocado vivir un mundo complejo y muchas veces complicados, que hay muchas cosas que nos indignan: violencia, inseguridad, enfermedad, corrupción, mentira, muerte; nos enteramos de conflictos y crisis sociales.También nos llega información sobre las grandes causas y acciones que son realizadas en pro de las personas: acciones humanitarias, creación de instituciones, etc.
Todavía más: podemos conocer diversas opiniones sobre los acontecimientos de nuestro tiempo a través de artículos, ensayos, editoriales.
El ejercicio periodístico nos acerca al mundo en el que vivimos, porque hay mujeres y hombres que nos reportan lo que pasa, nos dan noticias contándonos los acontece a nuestro alrededor y mucho más lejos.
Cuando escucho conversaciones en los distintos ámbitos en los que me desempeñó alcanzo a percibir un mayor o menor desánimo provocado por las noticias de toda índole que recibimos. Este tiempo que nos tocó vivir tiene visos de inhumano. Después de oír la radio, mirar la tv o leer prensa queda la sensación de que no erraron en la modernidad temprana al decir que el hombre es lobo para el hombre, apenas capaz de llegar a mínimos consensos sociales para no matarse y distribuirse la propiedad privada.
En realidad la noticias no mienten. Los seres humanos podemos ser nefastos y arriesgar incluso la viabilidad de nuestra existencia.
Compartir buenas noticias
Es necesario, sin embargo, que no olvidemos que esa faceta no es la única que tenemos. Hay otro lado de la historia que también necesita ser contado.
Día a día mujeres y hombres en todos lados se levantan por la mañana y de ese momento a la noche se esfuerzan por vivir humanamente. Luchan por salir avante con sus hijos, con los abuelos; acogen en sus hogares a niños a quienes sus familias ya no pueden mantener, cooperan para afrontar las enfermedades que acaban con la economía doméstica, sacan adelante la fiesta del pueblo que tanto significado da a las personas de una comunidad y un sin fin de cosas que humanizan y permiten un mundo para vivir con alguna dignidad.
Solo que la mercantilización de lo periodístico no deja lugar para que nos las reporteen: vende más lo dramático, morboso que lo cotidiano y dignificante; las malas noticias reportan más ganancias que las buenas noticias pequeñas que existen por todas partes.
Solo que la mercantilización de lo periodístico no deja lugar para que nos las reporteen: vende más lo dramático, morboso que lo cotidiano y dignificante; las malas noticias reportan más ganancias que las buenas noticias pequeñas que existen por todas partes.
Estamos rodeados de buenas noticias que gritan que la causa de lo humano no está perdida. No se trata de nada espectacular, pero sí consistente. Solo que no se nota mucho.
Siempre es buen momento para ello y cualquiera podemos hacerlo: está a nuestro alcanza y seguramente nos dará mejor perspectiva para afrontar los retos de nuestro día a día.
Texto actualizado del artículo publicado en Síntesis Tlaxcala, 21 de agosto de 2013
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Todos podemos reportear lo humano
Es por eso que necesitamos periodistas especializados en esta clase de buenas noticias, las que inflaman el ánimo y nos invitan a andar la vida con otro talante. Cualquiera de nosotros puede comunicarlas y no necesitamos esperar a que esta labor sea desempeñada por comunicadores profesionales: todos podemos ser periodistas especializados en reportear u opinar de las buenas noticias que portan la vida humana: profesores, médicos, enfermeras, comerciantes, empleados públicos, abogados, amas de casa, estudiantes: todos podemos ser reporteros que anunciemos esas cosas pequeñas que son a la larga las importantes para la vida humana. Esto es, en cierta forma, parte de nuestra responsabilidad ciudadana, de la forma en la que colaboramos para que el mundo a nuestro alrededor pueda ser bien visto y así haya esperanza para seguir constuyendo un mejor futuro.Siempre es buen momento para ello y cualquiera podemos hacerlo: está a nuestro alcanza y seguramente nos dará mejor perspectiva para afrontar los retos de nuestro día a día.
Texto actualizado del artículo publicado en Síntesis Tlaxcala, 21 de agosto de 2013
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