José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer más del autor, haz click en su nombre.
Muy joven encontró en el step de alto y bajo impacto un espacio para desfogar su adrenalina y para su sorpresa al mismo tiempo descubrió una pasión que la ha acompañado desde los 16 años para el resto de su vida: ser coach, instructora de actividades físicas diversas, facilitadora -en cierta forma- de estilos de vida saludable para muchas personas.
Nacida en Puerto Vallarta, Paulina Regina Brambila González, se crió en San Juan de Abajo, localidad del Municipio de Bahía de Banderas, Nay. Es la menor de tres hijos de un matrimonio de comerciantes que la animó desde muy pequeña a entregarse a la actividad física, que comenzó con coreografías y tablas rítmicas en preescolar y primaria, cuando formó parte de un grupo que animaba las fiestas escolares de importancia. También se entregó al volibol, el atletismo y al basquetbol.
En la adolescencia se encontró con una instructora de aerobics que tenía un grupo de step, una de las pocas actividades para mujeres, pues los gimnasios eran considerados espacios básicamente masculinos. Allí encontró la posibilidad de activarse físicamente, controlar el peso, ser funcional para la vida diaria, tener fuerza para enfrentar incluso enfermedades a las que todos estamos expuestos.
Su instructora la motivó y fue preparando a Paulina como entrenadora para suplirla en su incapacidad por embarazo. Llegado el momento, la joven estudiante sacó la casta con tan buena fortuna que cuando la instructora se reintegró, grupos de mujeres de comunidades cercanas como San José, San Vicente y El Porvenir la llamaron para continuar instruyéndolas, sin que ellas tuvieran que trasladarse a San Juan.
Cuando se dio cuenta de las bondades de la actividad física decidió que al terminar la preparatoria estudiaría medicina o nutrición. Lo intentó en Guadalajara, aunque finalmente cursó la carrera de mercadotecnia en Puerto Vallarta.
Se casó prácticamente en la etapa final de la licenciatura y junto con su esposo fue a trabajar a Estados Unidos. Por su condición migratoria logró integrarse como empleada de limpieza en un gimnasio, en el que le daban la oportunidad de practicar actividad física. Allí descubrió otra de sus pasiones: el spinning,que practica hasta el momento, alternado con el ciclismo al aire libre.
Logradas las metas que la llevaron al vecino país del Norte retornó a Puerto Vallarta con la idea de que su hija creciera en su cultura y poder ejercer su carrera.
Tres años trabajó en el OROMAPAS. Alternó su vida profesional con la actividad física. En esa época comenzó a certificarse en spinning, musculación y crossfit.
Al terminar esa incursión por el mundo de la administración pública decidió centrarse en lo que la apasiona: el acompañamiento para una vida saludable, primero como instructora de piso en el área de pesas en un gimnasio para mujeres. Al poco tiempo se volvió coach de spinning, disciplina en la que se ha forjado un nombre y una presencia relevante en Puerto Vallarta.
El de los gimnasios es un mundo cambiante. Tras el cierre de algunos en los que laboró Paulina, sus propias alumnas migraron en busca de otros espacios y le pidieron que las siguiera apoyando, lo que habla de una dimensión fundamental de su trabajo y vocación: crear comunidad de crecimiento a partir de la actividad física.
Es así como llegó a Vivefit en 2016, un gimnasio que cuenta con una amplia oferta para los clientes por tener alberca, área de pesas, sala de spinning y las de usos múltiples, en las que se ofrecen diversas disciplinas como TRX, Crossfit o yoga.
En su trayectoria como instructora ha encontrado personas a quienes activarse físicamente les significa mucho en su vida.
Recuerda con mucho cariño a una alumna que como producto de un severo accidente había quedado con mucha limitación motriz. Tras superar la fase crítica del trauma quiso tener una vida lo más "normal" posible, por lo que debía recuperar fuerza, elasticidad y movimiento generalizado.
Dadas las lesiones que tuvo, no había quien quisiera instruirla; incluso su médico de cabecera no estaba de acuerdo en que fuera a un gimnasio. La inactividad prácticamente equivalía a una condena de silla de ruedas y fue Paulina quien aceptó el desafío.
Su acompañamiento, la fuerza de voluntad de su alumna y una gran paciencia de ambas hicieron una obra impresionante en su recuperación física y con el tiempo su alumna pudo recuperar funcionalidad física y reintegrar al mundo laboral. El trabajo realizado dio frutos de seguridad personal, arrojo y dignidad.
La coach no duda en confesar que esto es posible, porque la práctica acompañada de actividad física promueve el crecimiento integral de la persona, por ello ser coach se ha convertido en su pasión de vida.
Para responder profesionalmente a su compromiso continuamente actualiza sus certificaciones, para estar al día en conocimientos y técnicas que le permitan ofrecer un mejor servicio y realizarse vocacionalmente.
Ella piensa que cuando se ofrece una sesión integral de entrenamiento, procurando un buen ambiente entre los participantes en un lugar que les resulte agradable, es altamente probable que todo se convierta en crecimiento y satisfacción personal para los alumnos.
Y mientras eso sea posible, Paulina Brambila no se cansará de seguir compartiendo lo que la mueve: la vida activa, que aporta una parte importante en la construcción de estilos de vida saludable.
Síguenos en redes sociales: