Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

domingo, 14 de junio de 2020

Dogmatismo, falta de escucha, desinformación: Confinamientos de alto riesgo... más allá del quédate en casa


José Rafael de Regil Vélez, si quieres conocer más del autor, haz click aquí
Cuidado y corrección: Socorro Romero Vargas

Junio del 2020. En el ambiente hay ires y venires entre el #quédate en casa, los colores de los semáforos de la pandemia en los estados -que parece más de color político de manejo epidémico- y la finalización del confinamiento, del famoso "quédate en casa"
              En la cabeza de la gran mayoría está que pasado todo lo que tenga que suceder podremos salir y desenvolvernos libremente. Y puede ser que sí, si a movilidad física se refiere... Pero ¿de verdad lograremos emerger para ser personas capaces de afrontarnos por, con y para los otros encargándonos del mundo que nos carga?
              Con el ojo del filósofo, Javier Sánchez Díaz de Rivera le da la vuelta a las obviedades en este asunto del encierro, para enfrentarnos ante los desafíos que nos suponen los confinamientos de alto riesgo y con la voz del pensador que también es educador dice: "quedarse en casa no es el peor encierro que estamos viviendo" ("¿De qué encierro estamos hablando?", Sin Embargo, 12 de junio de 2020, https://www.sinembargo.mx/12-06-2020/3803727)
               Lejos de ser un terrible mal, el confinamiento en casa ha podido abrir oportunidades a la convivencia, el descanso, la revaloración de sí mismo y los demás. En cambio, los otros confinamientos son de alto riesgo por la forma casi imperceptible en las que se presentan.
              Javier Sánchez nos alerta sobre cuatro:
  • El encierro del dogmatismo, el dar las cosas por sentadas, como las conocemos o nos han hecho conocerlas, sin cuestionamiento, instalados en el confort de una visión prefabricada de lo real que puede en realidad no ser real y que vivir sin salir de ella puede tener consecuencias enormes en todos los ámbitos.
  • El encierro de la información, demasiada o muy poca, confusa, que cuando no provoca incertidumbre que exacerba las emociones.
  • El encierro de la decisión de no escuchar nada más que lo que uno quiere escuchar, rompiendo la capacidad de diálogo e interacción con la realidad.
  • El encierro de las fake news que son generadas por  diversos intereses y replicadas y difundidas indiscriminadamente, irresponsablemente, podría decirse con alto costo personal y social.
              Ante la llegada del desconfinamiento, Sánchez Díaz de Rivera lanza preguntas de fondo: Las preguntas que no puede resolver ningún científico de la salud, son: ¿cómo des-confinarnos de esos otros encierros? ¿Cómo aplanamos la curva del dogmatismo?, ¿Cómo brincamos los cercos informativos nacionales e internacionales?, ¿Cómo trascendemos esos intereses nuestros cuando contundentemente afectan a otros?, ¿cómo trascenderse a uno mismo, en nuestro narcisismo, miedo y angustia de la incertidumbre?, ¿cómo generar un reflexión rigurosa y compartida?
              Habrá que salir de casa, y también de esos otros confinamientos de alto riesgo para retornar a la actividad y acometer las transiciones que requerimos a fin de salir adelante como personas, familias.
              La pluma de Javier Sánchez Díaz de Rivera lleva al lector suave y firmemente por la reflexión y las preguntas que no deben faltarnos al final de una etapa de confinamiento que no había tocado vivir a ninguno de nosotros, porque habrá que seguir la vida y en ella responder a la llamada de recrear este mundo de manera en que la dignidad humana siga ganando espacios.
               Coincido con el autor. Pienso que no basta salir de casa. Cuando comenzó la pandemia y nos dimos cuenta de muchas cosas que no nos encajan decíamos que ojalá que cuando pase todo cambie... Es necesario convertirnos a la justicia; es decir, a crear ese mundo en el que tengamos lo que necesitamos para vivir humanizantemente (https://misapuntesenelcamino.blogspot.com/2020/04/tras-la-emocion-de-la-pandemia-la.html), pero eso no sucederá si nos quedamos confinados en todo lo que nos impide crecer como personas, capaces de encargarnos de la realidad que nos carga.

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