Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

lunes, 29 de noviembre de 2021

Una mujer de su época con provocaciones para la nuestra... un apunte sobre Julia Navarrete

Autor: José Rafael de Regil Vélez, si quieres conocer más del autor... Haz click aquí

Noviembre: mes de Julia Navarrete, muy conocida para algunos, desconocida para muchos más, pero en cualquier caso mujer  que siendo muy de su época, tiene grandes provocaciones para la nuestra.

Una mujer de su época

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Yo era muy niño y ella era muy anciana... 
          En realidad tengo una imagen vaga de ella, nonagenaria ya en 1973, cuando yo no tenía ni siquiera una década vivida. A lo largo de poco más de un año mi mamá la frecuentó varias veces y nos habló de lo importante que ella era y lo mucho que la apreciaba. Recuerdo haber escuchado que había pasado por muchas cosas y por ello que había que ser muy respetuosos con ella.
          Pasaron los años. 
          En mis veintitantos llegó a mis manos un libro... No recuerdo su nombre. Contaba muy épicamente las correrías de un hombre oaxaqueño, criado en el Bajío y en Roma y que a los 33 años fue nombrado obispo de Sonora, en 1919, en los tiempos de la tortuosa relación ente la Iglesia y el Estado Mexicano, con hombres como los hermanos Elías Calles. Degusté las anécdotas de un hombre docto disfrazado de agricultor, deambulando por la Sierra para atender a sus feligreses y formar a sus seminaristas, con un precio permanentemente puesto sobre su cabeza. Juan Navarrete y Guerrero, primer arzobispo de Hermosillo, alguien a quien en el Noroeste del país procuró que hubiera educación, infraestructura.

           Resultó ser el hermano de la mujer que conocí en el Colegio Montessori de Toluca, Julia Navarrete Guerrero (desconozco por qué a su hermano le ponen la "y" entre los apellidos y a ella no). 
         Por esas razones que uno de vez en cuando uno no entiende, en esos días conocí a Francis y a Irma, Misioneras Hijas de la Purísima Virgen María, que estudiaban en el CEVHAC, de los carmelitas y a través de ellas llegó a mis manos la biografía de la "madre Julia"... 
           Con la lectura del texto hagiográfico y las charlas con mis amigas, me enteré que ella fue una chica oaxaqueña, que decidió seguir un llamado que sintió y en búsqueda de respuestas para su vida, se fue a la ciudad de México, donde conoció a personas muy interesantes que le mostraron los universos que ella quería explorar y fue entendiendo que solo podría encontrarse si creaba una infraestructura para apoyar a quienes necesitan consuelo y al hallarlo pudieran tener vida en abudancia, como lo anunció Jesús cuando dijo que Dios reina en la fraternidad desde la cual nos reconstruimos en dignidad. Así, muy jovencita se convirtió en fundadora de una congregación religiosa.
          De carácter fuerte, con una mezcla fructífera de gran amabilidad, Julia enfrentó desde muy joven las consecuencias de sus decisiones, como cuando debió dejar la comodidad del claustro en el que vivía en la Ciudad de México para comenzar de cero en Aguascalientes con un grupo de mujeres a las que lidereaba,  y con quienes continuó la fundación de la obra y el carisma que halló como suyo, acompañada por el jesuita Alberto Cuscó Mir.
          Fundó escuelas, abrió misiones, prestó servicios allende las fronteras. Respondió a las provocaciones de los lugares en los que ella y las suyas vivían en el tiempo en el que les tocó dar los pasos. Y no abundaré por esta ocasión más en ello.
          Me queda claro: ella -como su hermano Juan- fueron en nuestro convulso México de inicios del siglo XX- fue una persona de su tiempo, dispuesta a responder a los desafíos que se le presentaban en Aguascalientes, después en el Norte del país, en los Estados Unidos... 
          Mujer con los pies bien puestos en su aquí y ahora, en lo que había a la mano; y al mismo tiempo permanentemente abierta a nuevas posibilidades que se descubren cuando el corazón está puesto en una causa trascendente. Como su hermano y como otros que me caen bien: Juan Bosco, Francisco de Sales, Iñigo López de Loyola, Emmanuel Mounier.

Una mujer que provoca en nuestra época

Una vez más pasó el tiempo y en esta etapa de mi vida he vuelto por distintos motivos a coincidir con ella, ahora en su legado. Y me he topado con su vigencia. 
            Me he llevado una buena sorpresa: mujeres y hombres la encuentran con un mensaje que les es importante y significativo, en la consolación, en la educación integral, en la procuración de atención a los más necesitados (puedes conocer de ello en el artículo Educar en la escuela de Julia Navarrete).
          Ella falleció el 21 de noviembre del 1974, a los 93. Por eso en este mes se le celebra. Comparto algunos párrafos de quienes apuestan por su actualidad, porque les inspira para su compromiso cotidiano, porque les ayuda a encontrar sus propios senderos:

Julia Navarrete optó por el perdón. Hubo mucha gente que la persiguió, gente poderosa y ella decidió no expresarje jamás mal de ellos. No se vio nunca resentimiento. También admiro su cercanía y el amor efectivo con las hermanas, con mucha gente a las que acompañó en sus tribulaciones, incluso económicamente, dando vestido, educación, estudios, como ella pudo. Para este tiempo en el que poco importa lo que los demás tengan o necesiten, tiempo de individualismo, creo que el amor que ella tuvo para tanta gente, es ejemplo de lo que podemos hacer por los demás. (Trinidad).
 
Son varias cosas las que hoy dice la madre Julia: la compasión y el consuel ante el dolor del que sufre, del mundo, que si bien el dolor siempre ha sido una realidad humana; sin embargo el siglo XXI se ha caracterizado por una realidad cada vez más rota y fracturada. El coraje y la resiliencia para enfrentar las situaciones difíciles, nos dice mucho y más a una sociedad frágil, con poca capacidad de frustración. Su capacidad de escucha, silencio y profundidad, se fundamentaba en valores sólidos, esto vendría muy bien para una sociedad líquidad, superficial y consumista. Calidez en su trato, humanista y humanizadora. Considero que el siglo XXI también está confirmado por personas de bien que sueña y optan por un mundo más justo y humano, con menos competitividad y más comunidad, más encuentro. (Rosalía)
 
Un atractivo es que era una mujer que en su vida de fe nunca dejó de lado la razón, al contrario, supo armonizar la fe y la razón en su vida, además de la alegría y sencillez que la carecterizaba, pues hoy existen tantas realidades que pueden opacar la alegría que si tomamos como referencia a ella que vivió una alegría desde lo profundo por saberse amada y amar... Considero que también  lo podemos considerar para nuestra vida: estar y ser alegres en lo ordinario de la vida. (Aline)

Considero que ella nos ofrece un modelo de determinación, tenacidad, búsqueda de la voluntad de Dios desde el discernimiento, con los pies bien puestos en la realidad, dando respuestas muy concretas a lo que el contexto le interpelaba; es decir una mística que en el silencio fue radical. A mí en lo personal su perfil místico me enamora!!! (Francisca M.)

Simpatizo desde joven con quienes siendo fieles a sí mismos, sus convicciones éticas y religiosas (o no) han apostado con las mujeres y los hombres de sus épocas para que en torno a sí sea creíble que ser humano va siendo posible en la compasión, la inteligencia, el protagonismo solidario, la vivencia afectiva que impulsa, la libertad que da autonomía por, con y para los demás, la creatividad para encargarse de los desafíos de la realidad. 
          Julia Navarrete, su hermano Juan, como muchos otros de quienes directa o indirectamente hemos hablado en los Apuntes son invitación para encarar nuestros propios desafíos, con los pies en la tierra y el corazón más allá de esta; siendo muy de nuestra época muy posiblemente seguiremos provocando al paso del tiempo.

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