Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

jueves, 3 de febrero de 2022

Dos muertes desafían la apertura del siglo XXI: la de Dios y la del hombre

 Autora: Vianey Jiménez Carpinteyro

Este texto fue escrito y leído por la autora con ocasión de la presentación del libro Sin Dios y sin el hombre el 31 de enero de 2022 en el Instituto Francisco Xavier Clavijero, A. C., centro de formación pastoral en la Diócesis de Veracruz. 

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Quiero empezar citando una frase del escritor y novelista Ernest Hemingway “La vida de cada hombre termina de la misma manera, solo los detalles de ¿Cómo vivió y cómo murió? distinguen a un hombre de otro”, este es el caso del Maestro de Regil, que ha venido cursando su vida buscando y eligiendo ¿Cómo vivir?, esto se plasma muy bien, en este libro que hoy presentamos, verdaderamente quiso transmitir una realidad muy palpable, como es el tema del problema de la indiferencia religiosa.

Y podemos iniciar preguntándonos:

¿Qué tanto podemos avanzar sin Dios en nuestro caminar?

¿Verdaderamente Dios ha muerto y por eso se quiebra nuestra fe?

¿Vale la pena apostar por ser humanos?

¿Vale la pena la construcción del sujeto por, con y para los demás?

Pues es precisamente a lo largo de estas 87 páginas y tres capítulos, que encontrarán respuesta a estas interrogantes, ya que el autor diagnostica muy bien la vida líquida y de consumo de la sociedad, y nos muestra el rostro de una humanidad huérfana de Dios.

Fue en los años 80s cuando Rafael de Regil, entonces estudiante normalista compartía su propia experiencia cristiana en barrios citadinos y comunidades indígenas, realizaba sus pininos con creyentes y con ateos militantes, al ser tiempos de ateísmo férreo en muchas universidades públicas, de secularización en otras, lo religioso era lo impensable, la actitud predominante en los ambientes estudiantiles era de apatía y desgano.

Por esta razón se dio a la tarea de escribir algunos ensayos sobre temas relacionados con lo religioso, ante la desafección, el desinterés y los ambientes de New Age y la posmodernidad. Temáticas que intentó plasmar en las líneas que encontrarán en este libro y que vale la pena leer.

 El autor inicia con un recuento que confluye históricamente en el desconcierto, la incertidumbre y el estupor, en la transición que inicia con la expansión del cristianismo en la baja edad media y desemboca en el renacimiento, pasando por la ilustración y prepara el camino al nacimiento del humanismo como apuesta de la modernidad: La fe en Dios y la confianza en la Razón del hombre.

El pensamiento moderno surge en un mundo cada vez más racional y autónomo, menos dependiente de lo religioso, más secular y menos sacro, época de profundos cambios sociales, económicos, políticos y culturales.

Estos Paradigmas fracturados por los maestros de la sospecha, como señala Paul Ricouer: Freud, Nietzsche, Marx en relación con la moral, el valor desplaza al ser absoluto por el hombre, es decir negar a Dios para afirmar al hombre

El autor continúa escribiendo y se centra en la crisis del paradigma de la modernidad que preparó el camino de la posmodernidad declarando la crisis de la razón y la muerte del hombre por el poder y control de las estructuras simbólicas, donde la vida diaria se convierte en lucha por la sobrevivencia y lo demás pierde importancia.

Tras los discursos modernos aparece la experiencia del decaimiento, del relativismo, de la perdida de los valores que han sustentado a un hombre que ha dejado atrás la religión, En la posmodernidad no hay verdad, la ética no puede tener anclaje en algún proyecto racional, la estética la sustituyó.

La ética posmoderna es relativista y hedonista y no hay una idea de hombre que sea verdadera y universal, es este horizonte se desdibuja el sentido de la libertad, ser libre significa ser capaz de escoger entre una y otra cosa, de resolución inmediata de la vida, se ha dejado de lado la construcción del sujeto por, con y para los demás.

El individuo de la posmodernidad ya no ve a Prometeo como símbolo, ahora admira a Narciso.

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Dos muertes condicionan la apertura del siglo XXI, la muerte de Dios y la muerte del hombre, ante estas condiciones  la propuesta del Maestro de Regil es ir más allá de los límites de la filosofía para abrir paso a los senderos de la vida. Su propuesta es que haya apertura a un nuevo ser dialogante y crítico, capaz de escuchar las voces discordantes para generar con ellas una armonía vital, en la comunidad y en la solidaridad social, ante el escepticismo y relativismo del que ya ha perdido la esperanza, del indiferente que avanza por la vida sin dios y sin el hombre, absorbido por lo inmediato, con la indiferencia religiosa la increencia pierde su carácter humanista y hace difícil la posibilidad de un diálogo propositivo que articulen acciones comprometidas con el ser, más, con y para los demás, para vivir una vida humana digna.

El autor exhorta a que “hoy” todos estamos llamados a trabajar ante la indiferencia, ante la increencia, porque no solo interpela a los cristianos, sino que compromete a todo ser humano, religiosos y humanistas ateos se enfrentan a la mismo interpelación que atienten el sentido de su existencia, por eso el autor está convencido que el hombre de esta época no está ni más ni menos lejos de la fe cristiana que el hombre antiguo o medieval, lo que hace falta es que las iglesias sean conscientes de anunciar el Evangelio a un hombre culturalmente distinto, pero que sigue siendo un ser abierto a la trascendencia, capaz de religarse en un mundo en constante cambio.

Los desafíos siempre estarán presentes, recuperar al hombre de su indiferencia hacia Dios, no basta con discusiones antropológicas o filosóficas o de especulación política, habrá que generar ambientes donde el humanismo sea el clima adecuado para vivir, que dé mayor importancia al bien ser, que al tener y el simple estar, ya que el valor supremo “hombre” posibilita no solo el diálogo, sino la creación de una realidad humanística y donde caben las personas que buscan la dignidad de la persona humana, más allá de su confesionalidad religiosa.

Por eso la invitación está hecha, si queremos responden las preguntas…

¿Qué tanto podemos avanzar sin Dios en nuestro caminar?

¿Verdaderamente Dios ha muerto y por eso se quiebra nuestra fe?

¿Vale la pena apostar por ser humanos?

¿Vale la pena la construcción del sujeto por, con y para los demás?

“Sin Dios y sin el hombre” tiene las respuestas.


El texto se puede leer en la plataforma digital Kindle, de Amazon. Se consigue en 
https://www.amazon.com.mx/Sin-Dios-sin-hombre-Aproximaci%C3%B3n-ebook/dp/B08FKW17GQ


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