Autor: José Rafael de Regil Vélez, con la colaboración de la comunidad de Apuntes en el camino. Si quieres conocer más del autor, haz click aquí
El 8 de marzo es una efeméride, un día destinado a la conmemoración, al recuerdo, a la resignificación de lo que valoramos, de nuestras prácticas cotidianas; al cuestionamiento crítico sobre si la forma en la que hemos estructurado nuestra convivencia facilita o dificulta la vivencia de la dignidad de la persona.
El Día Internacional de la Mujer fue promulgado por la ONU en 1975, la cual se sumó al movimiento que sucedía en muchos países desde los tiempos inmediatos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en los cuales el 8 de marzo se conmemoraba a las mártires del incendio de la fábrica Cotton, fallecidas en un incendio mientras realizaban ese día, pero de 1909, una huelga para exigir jornadas de trabajo más apropiadas y la misma retribución salarial que los hombres que realizaban tareas.
La ONU hizo eco de un largo proceso en el cual las mujeres desde sus habituales y cotidianas trincheras -aunque algunas más allá de ellas- han empujado para participar en la sociedad en igualdad de condiciones que los hombres (puedes leer De las mujeres, el género y la dignidad humana, allí comparto más sobre el significado de este día y la importancia de una conmemoración, un recuerdo que nos permita redimensionar el compromiso que día a día nos compete en la construcción de un mundo de igualdad, justicia, dignidad).
Yo, Rafael, el 8 de marzo conmemoro dos tipos de cosas:
En primer lugar,el agradecimiento, respeto, cariño para las mujeres con quienes he caminado la vida.
En segundo, que si es posible un compromiso para resignificar la cultura a fin de que ser dignamente mujer sea más que la reducción a una venerable engendradora; para influir políticamente para la creación de leyes, políticas e instituciones que promuevan igualdad y justicia... un mundo cada vez un poco más humano
Construir un memorial
De múltiples formas este día se ha ido instalando en nuestras mentes y corazones. Pedí a mis contactos que en un párrafo contestaran compartieran las provocaciones que les genera la pregunta: ¿por qué conmemoras el 8 de marzo?
La idea ha sido crear un espacio para compartir nuestros senti-pensares en esta fecha. Muchos han respondido a la invitación, así que consignar en este espacio de los Apuntes cada aporte es inviable. No quiero dejar fuera ninguno, así que las he compendiado en un archivo a manera de memorial que todos podamos visitar y en el cual nos podamos detener para leer, reflexionar, consentir, disentir sobre los significados ya no del día como un momento específico en el calendario, sino de nuestra compromisa con la causa de las personas en el mundo que nos ha tocado vivir y que hemos heredado de quienes se han comprometido con causas que van más allá de los sentimentalismos de ocasión y de la interacción cotidiana en la cual tratamos de responder a las necesidades básicas.
Si quieres llenarte con las letras compartidas, haz click en el vínculo de la entrada 8 de marzo: construimos un memorial... Significados para seguir caminando
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