José Rafael de Regil Vélez,si quieres conocer más del autor, haz click aquí
Socorro Romero Vargas, si quieres conocer más de la autora, haz click aquí
Para vivir hay que tener buenas condiciones vitales
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Cuando nacemos en realidad somos casi nadie: un conjunto de posibilidades que habrá que convertir en persona, ser humano en relación consigo mismo, con los demás y el mundo en el que le tocó vivir.
La labor humanizante va a ser más viable si tenemos las cosas básicas para la vida humana: vivienda, seguridad, acceso al patrimonio cultural, educación y, en la base de todo ello, salud, que es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como bienestar físico, social y emocional.
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Lo necesario para la salud es un derecho y depende, en cierta forma, de que las instituciones socio políticas garanticen las condiciones en las que podemos vivir en bienestar.
Por otra parte, la vida saludable también depende de nosotros como comunidad y de cada quien como persona. Debemos decidir vivir conservando las condiciones para realizarnos como personas y que requiere de nuestra capacidad de pensar, de amar, de relacionarnos con adecuada emotividad, de tomar decisiones personales y públicas: si queremos sacarle el máximo provecho a la vida se vuelve imperante vivir saludablemente, sacarle jugo a las condiciones externas que tengamos.
Solo cuidar el peso o únicamente hacer ejercicio -por dar dos ejemplos sumamente socorridos- no significa vivir saludablemente: buena alimentación con tabaquismo, desvelo, ausencia de ejercicio es a la postre insuficiente.
Un estilo de vida saludable debe considerar al menos:
Este listado podría generar la sensación de que entonces vivir saludablemente es más un problema que una solución. En general no es así: se pueden generar condiciones en casa, en la oficina o el lugar de trabajo, en los trayectos de transporte, la forma de hacer las compras, las reuniones de amigos. Solo es necesario querer hacerlo y para ello hay que priorizar por dónde comenzar y poco a poco, sin prisa y sin pausa, se van haciendo posibles las diversas aristas de esta forma de vida. El día menos pensado el estilo de vida personal se ha hecho más saludable: física, mental y emocionalmente.
Establecida una prioridad viene juntar mente, corazón y muchas ganas de vivir bien (fuerza de voluntad) para entender, desear el estilo de vida que más favorezca a cada quien y comenzar a organizarse para que suceda.
Por otra parte, la vida saludable también depende de nosotros como comunidad y de cada quien como persona. Debemos decidir vivir conservando las condiciones para realizarnos como personas y que requiere de nuestra capacidad de pensar, de amar, de relacionarnos con adecuada emotividad, de tomar decisiones personales y públicas: si queremos sacarle el máximo provecho a la vida se vuelve imperante vivir saludablemente, sacarle jugo a las condiciones externas que tengamos.
¿Qué es un estilo de vida saludable?
Nadie tiene 100% de salud todo el tiempo: porque se nace con alguna carencia, porque hay factores que afectan nuestro equilibrio mental, emocional, físico de manera temporal o crónica. Pero sí es posible vivir de tal manera que "haya un saldo a favor" y que con ese estilo o talante se mantenga el balance físico, mental y emocional necesario para estar bien consigo, los demás y en la construcción de un mundo más humano.Solo cuidar el peso o únicamente hacer ejercicio -por dar dos ejemplos sumamente socorridos- no significa vivir saludablemente: buena alimentación con tabaquismo, desvelo, ausencia de ejercicio es a la postre insuficiente.
Un estilo de vida saludable debe considerar al menos:
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- Una forma de alimentación que cubra las necesidades vitales y que sea propicia para mantener un equilibrio en la forma de vida que se tenga.
- Descanso, juego, expresión estética y re-creación suficientes para recuperar energías, funciones vitales y renovar continuamente la forma de abordar la cotidianeidad.
- Actividad física funcional que permita al cuerpo realizar los movimientos propios de cada día en el trabajo, la casa, la calle: caminar, senderismo, andar en bicicleta, nadar, realizar rutinas de ejercicios funcionales en el hogar o en lugares que se dedican a ello como los gimnasios y los estudios.
- Un sistema de seguimiento y control de los factores que ponen en riesgo la salud: hipertensión, diabetes, revisiones de cáncer de mama, de próstata, síndrome metabólico. Aquí es importante el énfasis en la prevención y no en el remedio.
- Estructura y actividades de convivencia pacífica, de mediación de conflictos, que permitan el desarrollo de la familia, la amistad, las relaciones vecinales necesarias para el bienestar. Instancias que ayuden a madurar la estabilidad emocional.
- Sentido de vida que oriente los esfuerzos de vivir dignamente incluso en los momentos complicados en los que hay frustración, dolor, o incluso cercanía a la propia muerte y la de quienes queremos.
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Establecida una prioridad viene juntar mente, corazón y muchas ganas de vivir bien (fuerza de voluntad) para entender, desear el estilo de vida que más favorezca a cada quien y comenzar a organizarse para que suceda.
¿Cómo es tu estilo de vida cotidiana? ¿Cómo lo enriquecerías con solo una acción de mejora para empezar?
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