Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

sábado, 22 de agosto de 2020

Apuntes sobre el éxito escolar y la formación para la vida

Autor: Luis Eumir Calderón Díaz
Cuidado y corrección: Socorro Romero Vargas

En esta ocasión compartimos unos "primeros apuntes": una reflexión que hace Luis Eumir Calderón Díaz sobre lo que podría significar el éxito escolar en una perspectiva humanista, que tenga en el centro a la persona y su relación con los demás y el mundo que les tocó vivir. 
Justo en el inicio del ciclo escolar las líneas de este apunte nos llaman a repensar para qué invertir tantos años de escolarización, con los gastos que supone y la demanda de energías que supone a cada familia en el mundo actual. 
Luis Eumir es licenciado en contaduría y estrategias financias, tiene diversos posgrados en el área administrativa y actualmente estudia la maestría en educación y desarrollo humano. Trabaja en el ITESM, campus Puebla.

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Hace un par de semanas llamó mi atención un post de la página de FB de Apuntes en el Camino – FTSR el cual tenía la siguiente pregunta: ¿Grados académicos son sinónimo de educación?, la razón por la cual me pareció tan llamativa fue el hecho de que tenía cierto paralelismo con un tema que había revisado justamente un sábado anterior en clases de posgrado, sobre el tema del éxito escolar y cómo podemos definirlo. Si bien son preguntas diferentes, en ambas se puede involucrar el tema de los grados académicos y cómo para algunas personas estos van definiendo el éxito o no de la misma.

Éxito escolar puede significar muchas cosas

Quisiera hacer una reflexión sobre el tema del éxito escolar, empezando con algo básico: ¿cómo definirlo? Esto nos enfrenta a un panorama complejo, con muchos actores y circunstancias que, en conjunto, nublan la visión para encontrar una respuesta clara.
Es razonable pensar que para algunas personas el éxito escolar radica en cumplir satisfactoriamente los niveles educativos obligatorios de acuerdo con nuestra Carta Magna; para otros en cambio, puede ir más allá, consiguiendo títulos académicos de prestigio.
En lo de las concepciones del éxito escolar existen otras aristas, como pensar en que el éxito se encuentra en sacarle provecho a lo que se vive en el aula para aplicarlo en la vida cotidiana, o incluso que sirva para desarrollar de una mejor forma la profesión que alguien realizará; así se será exitoso si se ha tenido un aprendizaje significativo.
Ante ese panorama de diversidad de ideas, el primer paso es desarrollar una definición que, si bien no sea de carácter universal, si contemple los elementos e ideas necesarias para que sea funcional y quepa en nuestra realidad. Hay que tratar de  mostrar una interesante resignificación del concepto del éxito escolar (EE); dejar de conceptualizarlo como solo un logro individual de objetivos, para llevarlo a convertirse en una formación que permite responder a las necesidades del día a día.

Acercarse a una definición del éxito escolar

Considero que la definición debe llevar la palabra «adaptación», ya que me parece una actitud indispensable para enfrentar las vicisitudes de la sociedad actual, por lo tanto, me decanto por la siguiente definición: «el éxito escolar, es lograr una formación integral que incluye un grupo de habilidades que permitan al individuo una mayor adaptación estratégica a las situaciones que se presentan en su vida cotidiana». 
Una vez definido el concepto, es necesario identificar las variables que afectan la consecución del éxito escolar.

Una tarea compleja

En primer lugar, hay que ver la responsabilidad de la familia, base del desarrollo del individuo. Es indudable la influencia que tiene en el éxito escolar, ya sea por tener expectativas fuera de la realidad o indiferencia hacia el estudio. En mucho, lo que haga la persona con su escolarización dependerá de lo que la familia espera de ella.
El contexto social, económico y cultural pueden influir en el desarrollo escolar de los alumnos, de hecho, estos factores terminan siendo determinantes para poder conseguir el éxito o quedarse en el fracaso escolar; término usado de forma corriente, estigmatizando a los estudiantes que no consiguen cumplir con los estándares de aceptación.
El contexto genera conforma expectativas sociales que marcan los énfasis que ponen los individuos como los profesores y los padres de familia en las prácticas escolares y que los estudiantes van introyectando. Establece los referentes culturales a partir de los cuales se juzga el éxito o fracaso escolar en términos de calificaciones, comportamientos, etc.

Escuelas y éxito escolar

Otro punto importante sobre el que es necesario reflexionar, tiene que ver con las propias escuelas: ¿las instituciones educativas buscan el éxito escolar?, ¿son acaso el centro en el cual se puede potenciar las habilidades necesarias para triunfar en la vida?
Me parece que algunas de estas instituciones están enfocadas en un aspecto más tradicional, como la consecución de buenas calificaciones o la inserción en la moralina, mismo que debería ser revisado y que es un tema constantemente tratado en este blog de los Apuntes en el Camino – FTSR.
Sus propósitos y metodologías están lejos de la vida cotidiana, de los problemas reales que enfrentan las personas y sus familias y de las implicaciones que supone ser un ciudadano, capaz de participar en la solución de los problemas sociales, políticos y económicos que desafían nuestro tiempo y el porvenir.

Un camino por recorrer

Si se quiere promover el éxito escolar como preparación para la vida, estoy convencido de que hay que replantear los conceptos sobre la escuela, la educación y su relación con los actores sociales; trabajar con las familias para que tengan el gusto de inculcar la necesidad de la formación escolar, al tiempo que las instituciones educativas encuentren una forma de desarrollar habilidades que preparen para enfrentar la vida e impidan a los estudiantes caer en la falacia de “nada visto en la escuela me servirá para mi vida diaria”, lo que sucede cuando no se llega a transmitir que muchas veces no importa el resultado de una operación, sino cómo se llegó a él.
Creo que las escuelas deben retomar las antiguas prácticas que iban implícitas en la enseñanza de oficios como carpintería o herrería, que permitan adquirir herramientas no solo intelectuales, sino también habilidades técnicas que tan necesarias son para lograr el ansiado desarrollo integral del individuo. Detrás de ellas había una intención de formar para poderse encargar de uno mismo en la sociedad y el tiempo histórico en el que tocó vivir