Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

jueves, 28 de marzo de 2024

Celebraciones vivenciales... ¡De lo que humaniza para lo que humaniza!

 José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer más del autor, haz click aquí

En muchas páginas leí el 8M: Hoy no se celebra... y en otras: "Celebrar este día es como celebrar el 2 de octubre". Creo entender la lógica de esos comentarios: la realidad dura, discriminatoria, violenta, que han vivido las personas hasta llegar a nuestros días en la efeméride del día internacional no son motivos para pachanguear, para "felicitar" a las mujeres, perdiendo el sentido de la fecha en la vanalidad de una celebración más de tipo comercial o de moda, frívola, superficial...

Pero creo que hay que rescatar la dignidad de la experiencia humana que se encierra en la palabra CELEBRAR.

La RAE nos da como primer significado "ensalzar públicamente a un ser sagrado o un hecho solemne, religioso o profano, dedicando uno o más días a su recuerdo"...

Las personas en la interacción con los demás, con nosotros mismos, con los acontecimientos, vamos viviendo experiencias que se vuelven puntos de referencia importantes en nuestro caminar. Les damos una categoría diferente a lo de cada día, las llenamos de un sentido que no queremos que se pierda... 

Y les asignamos una fecha y las revestimos con narraciones, con objetos simbólicos, incluso con acciones rituales que nos permiten que eso trascienda de generación en generación, más allá de no solo de lo cotidiano, sino de una sola persona.

Al celebrar recordamos, comulgamos, aprendemos y reaprendemos, somos invitados a seguir actuando, incluso a resistir frente a lo que deshumaniza, a rectificar rumbos, a no perder lo que humaniza y que podemos compartirnos de generación en generación.

Así celebramos a nuestra madre, celebramos la nacionalidad, celebramos las experiencias religiosas que están arropadas en los rituales religiosos... Y celebramos muchos otros hechos: como el magisterio, la amistad, los aniversarios de bodas. El 8M y el 2 de octubre sí pueden ser objeto de celebración, si somos capaces de ensalzar su significado, la experiencia humanizante que intentamos que porten año con año.

Pero como pasa en lo que tiene que ver con las estructuras de sentido: se puede ir desgastando, se puede ir perdiendo el significado que dio origen a lo que hoy habría que celebrar. Es muy posible que para mí el 13 de mayo, día del matrimonio de mis padres, sea un día de celebración, pero no para mis hijas o para los sobrino nietos. La celebración del día del veterano no tiene mucho sentido para quien no tiene personas que fueron a la guerra y que han tenido que rehacerse después de ella.

Y es que las celebraciones dejan de ser vivenciales, dejan de tener relación con lo que hoy nos mueve a las personas, lo que nos da sentido, lo que nos invita a seguir adelante y que llena de significado lo vivido.

Te comparto una charla que di sobre las celebraciones vivenciales. Está dirigida a agentes de pastoral, pero parte de la realidad antropológica a la que me he referido... Y nos sitúa ante el desafío de llenar de vida los símbolos, los ritos, las narraciones con las que queremos compartir con los demás ahora y después lo que nos ha parecido una causa suficientemente importante como para utilizarla como parámetro, como punto de referencia en nuestro andar la vida.

Gracias a la editorial Edelvives y al seminario de Revolución Pastoral por invitarme a conversar con sus participantes de este tema importante en la vida humana, de la cual las celebraciones religiosas pueden ser una parte.


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lunes, 25 de marzo de 2024

¿Y si buscáramos a Dios, por dónde podríamos empezar? En la efeméride del Verbo Encarnado

 José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer más del autor, haz click aquí

Hoy, alguien que quiero mucho, me recordó que el 25 de marzo se celebra la efeméride del Verbo Encarnado. No suelo pensar mucho en ello, porque los calendarios suelen hablar de la fiesta de la Anunciación... Será que nos gustan las imágenes de ángeles, de apariciones, de rompimientos de la vida diaria para que lo divino haga apariciones tan aparatosas como lo que pintan los iconos en las escenas del ángel Gabriel anunciando a María que la invitaban a ser madre de Dios a lo cual ella respondería con la palabra que nos ha llegado en latín: fiat, o sea, ¡hágase!, que en un castellano más coloquial podría ser traducida como ínguesu... le entramos de a como nos toque...

Pero en realidad quiero compartir algo muy personal, lo que ha significado y significa para mí la encarnación.

Hace un tiempo escribí un texto, para esa efeméride que solemos llamar Miércoles de ceniza, compartiendo que en ella yo encuentro la invitación a vivir en el barro que somos y la ceniza que seremos (Somos humus, somos humanos: provocaciones humanizantes en el miércoles de ceniza). Y en esa misma tónica he experienciado en mi vida cotidiana desde hace muchos, muchísimos años, que se da un encuentro y diálogo amoroso con Dios en el cual yo si creo (¡Habrá que creer! ¡Sí! Pero... no cualquier cosa) y desde la cual pienso que se puede dar el compromiso con lo humano y lo divino sin escisiones, que terminan siempre resultando en detrimento de lo humano por un engrandecimiento de lo divino que no pocas veces ha sido motivo de abandono del compromiso personal, interpersonal sociopolítico y ecológico, sin el cual lo humanizante termina reducido a caricatura (Cuando la vida nos aprieta... ¡y nos vivimos agobiados! No te salves. A 50 años del poema de Benedetti)

Una experiencia contagiada por milenios


La expresión "verbo encarnado" nos remite a una expequriencia que muchas personas han tratado de poner en palabras, esas dos, precisamente.

El contexto teológico desde el cual suele ser explicada es el siguiente: el pueblo judío, que había recibido las promesas de Dios desde antes de su constitución, esperaba al salvador... Una irrupción de Dios para que pusiera las cosas a su favor, y no solo en lo personal y en la oración dentro de la habitación propia, sino sobre todo en la convivencia sociopolítica: porque llevaban años de ser conquistados... "El pueblo gime en el dolor ¡ven y sálvanos!, a Dios levanta su clamor, ¡Ven y sálvanos! suele cantarse en adviento y cuaresma en las celebraciones litúrgicas y que remite al deseo del éxodo, de la pascua: y que a lo largo de la historia ha derivado en espiritualismos e intimismos que si bien responden a una dimensión de trascendencia, olvidan nuestra inmanencia: que Dios intervenga, que todo quede arreglado, que lo divino.

La experiencia de muchas otras personas -entre las que me incluyo- es un poco diferente: Dios responde al clamor, pero no interviniendo majestuosa y divinamente rompiendo la historia, acomodando las cosas para que todo lo que nos causa dolor desaparezca, sino en Jesús, que dice la fe que se encarnó y vivió entre nosotros.

Hay en la experiencia cristiana de Dios la convicción de que en Jesús -Dios hecho hombre- lo divino se integra en lo humano... Así lo cantaban las primeras comunidades cristianas en un himno que recogió la carta a los Filipenses: ¡¡¡Jesús no retuvo para sí lo divino, sino que se hizo humano hasta morir y por muerte de cruz!!! Y si él es la palabra, el verbo, de Dios, entonces a Dios se le escucha en lo humano, en la historia, en los avatares de esta humanidad brotada del lodo, del barro.

Sí, sé que a muchos no les resulta atractivo ni chistoso encontrar a Dios en lo humano, tan cotidiano, tan lleno de pobreza, de violencia, de desamor, tan pequeño e insignificante (Frente a la lógica de la violencia, la locura del pesebre, también La grandeza del poder de las pequeñas cosas de cada día)... Pero es que justo allí se encuentra la riqueza, la paz, el amor, las posibilidades de vivir como Dios quiere, de que reine Él, que siendo padre, nos hermana para que juntos afrontemos las vicisitudes de lo humano y no para que nos evadamos de ellas.

Desde allí se entiende el imperativo ético que se encuentra en las bienaventuranzas y en Mateo 25, la parábola del juicio final: a Dios se le encuentra cuando se atienden las necesidades de los hermanos y las propias, especialmente cuando se está en desventaja (la cárcel, el hambre, la enfermedad, la pobreza que atrapa y constriñe) y desde allí se construye la paz. Son las obras a las que se refiere el capítulo 2 de la carta de Santiago y el 5 de la carta a los Gálatas... 

Y así vistas las cosas, eso que pensamos indigno, sucio, humano -demasiado humano- está lleno de buenas noticias porque lo de Dios ya está aquí semillas del verbo están aquí, en el más acá y no allá, en el más allá. Y como semilla resulta una invitación para reconocerla, abonarla, cultivarla y disponerla para que dé el fruto de plenitud que seguramente será mucho más grande que la pequeñez de la semilla. 

Pasión por ser humano contagiada


He recibido la pasión por ser humano de muchas personas, como un contagio... De mi madre (siempre metida en ver cómo sacaba adelante a sí misma y a los demás), de mi familia, de mis amigos... Pero también de algunos muertos que siguen vivos... 

Para mí la búsqueda de lo de Dios (y sé que al decir eso me comprometo) siempre ha sido algo importante. Con Ignacio de Loyola fui descubriendo que para ello discernir lo cotidiano, lo que suele llamarse pecaminoso, lo oscuro, nos permite encontrar lo agraciado, lo luminoso, las invitaciones para ser compañero de construcción del Reinar de Dios con Jesús y con muchos más; con Francisco de Sales y Juan Bosco fui encontrando que en lo de Dios hay que echarse un clavado allí donde uno está, para hacerlo diosmente: el cumplimiento diario de los deberes; con Felipe Neri que eso de vivir en la onda de Dios se puede resumir en un "sé bueno, si puedes" (así que intenta vivir para saber qué tanto puedes); con el mismo Ignacio que amar y servir se funden en una acción humanizante que brota de Dios, llega a Dios pero siempre en el barro de lo humano; con Julia Navarrete que amar y consolar son el camino de la oración que brota en y desde lo humano, para llevarnos a lo divino... Se trata de contemplar en la acción, 

Y todo eso está expresado en dos palabras Verbo encarnado. San Justino, por allá de los primeros años de la vivencia cristiana, tratando de resolver si lo de Dios se encuentra solo en "lo de Dios" o también en lo humano (por ejemplo, el pensamiento de los filósofos que no habían conocido a Jesús ni a la Biblia) nos regala la expresión que después el Concilio Vaticano II retomó para hablar de la misión a la que toda comunidad de bautizados está invitada: descubrir las Semillas del Verbo que se encarnó para descubrir en la tierra, el polvo, el barro en el que se encuentran y volvernos cómplices de su cultivo para que los frutos a los que ya he referido en las bienaventuranzas, la parábola del juicio, y que en realidad están presenten todas las parábolas y acciones de Jesús y en el compromiso de millones de mujeres y hombres que no han sido "notorios" pero que nos han legado que lo de Dios se encuentra en lo humano y que es invitación para llevar a lo humano a lo de Dios: en el amor que busca la justicia, en la esperanza llena de razones, en la fe en que Dios reina ya ahora con nosotros y después también.

Yo en mi búsqueda de Dios he empezado desde muy joven en lo humano, en lo de cada día, conforme me fue contagiado. Y siempre, invariablemente, me ha llevado mucho más allá, porque la pequeñez es grandeza vivida Diosmente. Y esta experiencia me ha permitido vivir en la comunión de la esperanza de un futuro más como Dios quiere que comienza en el presente que de muchas pequeñas formas ya está lleno de lo que Dios quiere... Y sí, eso es lo que celebro en la efeméride del Verbo Encarnado.

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viernes, 15 de marzo de 2024

David Calderón Martín del Campo



David sirve ahora como Director del Centro de Excelencia Save the Children. 

Estudió Filosofía en la UNAM, Ciencias Sociales en Florencia, Teología en Roma, y Cultura y Civilización Judía en Jerusalén. 

Fue educador comunitario en zonas indígenas y asentamientos irregulares de México, así como en campos para desplazados por la violencia en Centroamérica y para migrantes en Italia. Ha sido docente de educación básica pública y bachillerato en la Ciudad de México, y en cátedras universitarias adscrito a la UNAM, el TEC, la Ibero, la Anáhuac y la Universidad de Chicago. 

Ha participado como representante ciudadano en la Comisión Nacional de Bioética, el INEE y el SIPINNA. 

Ha colaborado en la formación de laicos, clérigos y religiosas católicos, y de pastores y ministros de comunidades de la Reforma. Ha coordinado diálogos entre diversas denominaciones, entre judíos, cristianos y musulmanes, y entre creyentes y no creyentes. 

Es co-fundador de Mexicanos Primero, el Pacto por la Primera Infancia y Aprender Primero. Ha participado en comisiones en la OEA, la Santa Sede y el sistema de Naciones Unidas. 

Escribió capítulos en libros de filosofía, teología e investigación educativa, ha diseñado litigio estratégico y propuesta legislativa, y escribe sobre políticas públicas, especialmente en educación, primera infancia y participación ciudadana, en diarios y revistas especializadas.

jueves, 14 de marzo de 2024

¡Sé audaz y piensa por ti mismo! Kant, todavía compañero para nuestro camino...

José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer más del autor haz click aquí

Kant, Emmanuel Kant, el filósofo de Königsberg... Su nombre hace que uno se remueva en el asiento, tal vez que carraspee la garganta.

A mí me sucedió: me hablaron de él, me dieron algún extracto de sus textos y palidecí, me sonrojé, me sentí el más ignorante del mundo y me enfadé pensando que cómo era posible que hubiera gente que escribiera así, como para que nadie le entendiera nada. Y me indigné con los que pronunciaban su nombre con una veneración muchas veces idolátrica... 

Pero afortunadamente la juventud pasa y a veces la ignorancia también un poco y fue apareciendo ante mí un hombre interesante, con mucho para decirnos: un gran compañero para el camino, este que llamamos vida.

Pronto, el próximo 22 de abril, se cumplirán trescientos años de su nacimiento en Königsberg (que en castellano significaría Monterrey), capital de la entonces Prusia Oriental y hoy una rara región rusa.

Para conmemorar esta efeméride, invité a David Calderón Martín del Campo (puedes conocerlo mejor aquí,) excelente filósofo y aun mejor amigo, que desde una muy temprana juventud acometió la tarea de sentarse a dialogar con Kant, con su vida, su obra, sus intuiciones, sus afirmaciones. Y él nos deja ver con gran claridad lo que yo había llegado a entrever: que Emmanuel Kant, hoy, en pleno siglo XXI es un excelente compañero para nuestro camino: excelente conversador, provocativo, invitador, hombre de abierto a todos los problemas de su tiempo, polemizador, entrañablemente humano y compasivo.

Hoy, como ayer nos reta: Sapere aude! ¡Sé audaz y piensa por ti mismo!, asume el reto de la autonomía, de la mayoría de edad...

Te aseguro que si te regalas una hora y nos acompañas en el diálogo que tuvimos David y yo, encontrarás tú también, a un par de excelentes compañeros de andanzas: Kant y David Calderón. Para ver el video haz click aquí: Kant: hombre de sus días... y de los nuestros


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sábado, 2 de marzo de 2024

Cuando la vida nos aprieta... ¡y nos vivimos agobiados! No te salves. A 50 años del poema de Benedetti

José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer más del autor, haz click aquí

Carentes, necesitados, vulnerables... y un poquito asustados

https://soundcloud.com/dresignerdrugsjuicyfruttitropteabdm5/mario-benedetti-no-te-salves

Sí, así somos los humanos. Y no falta que la vida nos apriete: por la inseguridad, la enfermedad, las expectativas que no se realizan y nos frustran; por haber puesto todo el empeño en lograr un empeño y que al final no sucediera, sintiéndonos loosers, fracasados... o porque nos visite la muerte de quienes amamos o nos golpee la injusta que sucede cuando los inocentes son privados de la vida.

Nos indignan, nos agobian los feminicidios, los fraudes que dejan en la calle despojando de toda una vida de trabajo a los que pueden ser víctimas del engaño. Nos parecen insultantes los gobernantes omisos y no pocas veces cómplices del delincuente. La polarización de la riqueza, la depredación, el acceso nulo o de mala calidad a la salud que consume todos los recursos de una familia que quiere dar lo mejor a su enfermo...

Puede ser por cualquiera de esas cosas y nos sentimos presos de nosotros, de los demás, de las circunstancias... No, no es grata la sensación de quedar atrapados en la fragilidad, la flaqueza... Eso de que somos libres para vivir las excelsas dimensiones de lo humanizante nos suena lejano, pero al mismo tiempo se torna añorado... Deseamos ser liberados de todo eso que nos hace sentir tan pequeños cuando sabemos que en lo humano también hay otra grandeza, sin pesadez...

Queremos salvación. Queremos ser salvos de lo que nos atrapa, que algo o alguien nos rescate... Y comenzamos una frenética búsqueda de algo que nos salve, o de poder salvarnos. Y en esto, como en lo de creer, nos da por querer entregarnos a cualquier cosa (te recomiendo ¡Habrá que creer! ¡Sí!, pero... no cualquier cosa)... pero no, no da lo mismo esperar salvarnos a cualquier precio, de cualquier manera, porque corremos el riesgo de quedar como al principio: atrapados, fracturados, desprovistos de procesos humanizantes.

Si te salvas, no cuentes conmigo, a menos que...

Hace años, muchos ya, cincuenta para ser precisos, Mario Benedetti publicó Poemas de otros, y en ese libro de sus tiempos del exilio fue compendiada una composición titulada No te salves...