Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

miércoles, 24 de enero de 2024

Si el odio empieza con las palabras... la paz comienza con la educación

José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer más del autor, haz click aquí

Las palabras construyen... aunque no siempre

No, no es nada agradable. Cuando en la calle, en el centro comercial, en un lugar de reunión social, en la escuela, en un lugar de impartición de justicia alguien -o "alguienes"- se refieren a nosotros con un lenguaje peyorativo, discriminatorio por ser del lugar que somos, o de la forma en la que profesamos nuestra religión, o por estudiar o trabajar donde lo hacemos... Incluso, la palabras pudieran no ser soeces, pero sí atacantes, denigrantes... 

Y no: no nos la pasamos bien, cuando menos; pero cuando más eso puede terminar en un enfrentamiento intenso y rápido o tenue y postergado, que a la larga mina la posibilidad de convivir pacíficamente; es decir, de interactuar entre nosotros para conseguir lo mejor para el grupo buscando con ello lo mejor para las personas.

Ese es el problema del discurso de odio: socava las posibilidades de la paz porque atenta contra la dignidad que cada uno tenemos independientemente de nuestra raza, lugar de origen, credo, cultura.

https://www.unesco.org/es/international-day-education

La Organización de Naciones Unidas (ONU) señala en su página sobre el discurso de odio (que no estaría de más que le echaras un vistazo: https://www.un.org/es/hate-speech/understanding-hate-speech/what-is-hate-speech)
En el lenguaje común, la expresión "discurso de odio" hace referencia a un discurso ofensivo dirigido a un grupo o un individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza, la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social.
Para proporcionar un marco unificado en las Naciones Unidas que aborde este problema anivel mundial, la Estrategia y Plan de Acción de la ONU para la lucha contra el discurso de odio define este discurso como "cualquier tipo de comunicación ya sea oral o escrita, -o también comportamiento-, que ataca o utiliza un lenguaje peyorativo o discriminatorio en referencia a una persona o grupo en función de lo que son, en otras palabras, basándose en su religión, etni, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otras formas de identidad".
Lo hemos visto en las películas, pero estoy seguro que muchos lo hemos visto (imágenes, memes, letreros) o escuchado en nuestro día a día. Y cuando estamos en presencia de este discurso podemos sentir de cerca la vulnerabilidad, la fragilidad que producen la intolerancia y la exclusión: en el inmediato, en el mediano o el largo plazo puede ocurrirnos cualquier cosa de índole cibernética, psicosocial, incluso física que nos lastime, que nos impida el desarrollo y el tipo de vida libre a los que estamos llamados y a los que tenemos derechos.

En la educación abrimos posibilidades

Si bien, dado la arraigado que está en nuestras culturas el discurso de odio, hay posibilidad de trabajar por construir una forma distinta de comunicarnos, de relacionarnos, de incluirnos, de promovernos como seres humanos que podemos objetivar nuestra dignidad en formas de vida humanizantes y dignificantes.

Es posible revisar críticamente los mensajes que escuchamos en cualquier lugar, pero sobre todo en los medios de comunicación y las redes sociales; podemos examinar diferentes tipos de condiciones de relación interpersonal para entrever en ellas sus mayores o menores posibilidades en pos de la paz, del bien común. 

Podemos entender los aspectos sociales, comunicacionales, de interacción, de colaboración que nos permiten ser más por, con y para los demás, que nos dan mejores condiciones para encargarnos de la realidad que nos carga, de apuntar a un futuro sostenible.

https://www.un.org/es/hate-speech/impact-and-prevention/why-tackle-hate-speech

Hace no mucho escuché a dos jóvenes conversando: "yo pensé que la gente como tú era muy, no sé cómo, diferente a nosotros y ahora veo que eres bien buena onda"... "Yo pensé lo mismo de la gente como tú"... Y dada la espontaneidad en la que surgió el tema, me permití preguntarles: "y ahora, cómo lo ven" y me llamó la atención la respuesta: "es que él no es 'esa gente', sino que es mi amigo fulano".

Y todo había sucedido mientras convivían para salir adelante en un trabajo que realizaban en una comunidad rural y para el cual se habían inscrito. Allí les había tocado ser parte de un mismo equipo y la conversación, la labor compartida y el acompañamiento educativo les había permitido dejar de expresarse de cada quien en términos de la gente como tú, para hablarse por su nombre, con sus posibilidades, coincidencias y diferencias.

La educación, las experiencias educativas, pueden sembrar, cultivar y ver fructificar prácticas de inclusión, de tolerancia, de convivencia, de paz.

Es por ello que para el Día Internacional de la Educación 2024 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha decidido invitar a todos los ciudadanos del mundo, en especial de los estados miembros, a conmemorar la educación realizando diálogos y acciones sobre el "papel crucial que desempeñan la educación y los docentes en la lucha contra el discurso de odio".

Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, es enfática en su mensaje: sí, sí se puede construir la paz, sí se pueden generar formas de vida humanizantes y la educación es el gran aliado, el medio fundamental en el que las personas podemos buscar las estrategias adecuadas, las políticas públicas, las prácticas cotidianas que empujen hacia el respeto de los derechos humanos y la construcción de un sí se puede realista, que ya ocurre en el hoy y se vuelve fundamental en el mañana.

Porque si el odio empieza con las palabras, la paz empieza con la educación. Lo que aprendemos cambia nuestro modo de ver el mundo e influye en nuestra forma de tratar a los demás. Por tanto, debemos situar la educación en el centro de nuestros esfuerzos por alcanzar y mantener la paz mundial. En este Día Internacional, comprometerse a defender el derecho a una educación de calidad —que reconozca los derechos humanos de todas y cada una de las personas— significa comprometerse con un futuro pacífico para todas las personas, en el que cada cual pueda vivir una vida digna, con comprensión y respeto mutuos.

El Día Internacional de la Paz, conmemoración anual de los 24 de enero, a partir de su instauración en la 44 Asamblea General de la ONU, de 2018, es una oportunidad para mirar a nuestras familias, nuestras escuelas y a toda otra institución de educación formal o no formal y lo que en ellas buscamos para poder vivir hoy en paz y en un futuro sostenible... Todos tenemos una cuota educativa que jugar para con nosotros mismos, y nuestros contemporáneos: ¿cómo y para qué queremos jugárnosla? 

En un próximo apuntes presentaré un documento interesante que puede abrirnos pistas en distintos niveles y que fue producido por la propia ONU en su estrategia de prevención del genocidio: Afrontar el discurso de odio: respuestas educativas. Por lo pronto, puedes consultar su página: https://www.unesco.org/es/countering-hate-speech.

Si quieres leer los artículos de los apuntes surgidos en torno al Día Internacional de la Paz, puedes hacer click aquí... Allí encontrarás el apunte sobre por qué la escolarización es más que dar meras "clasesitas"...

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