José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer más del autor, haz click aquí
Cada día, a cada momento, las mujeres y los hombres tenemos que interactuar con nosotros mismos, con los demás, con el mundo... Tenemos que encargarnos de la realidad... porque lo que soy yo y lo que no soy yo que de alguna manera tiene que ver conmigo me carga, me afecta para bien o para mal, me desafía a adaptarme o a transformar quien soy, quienes somos, lo que vivo y vivimos.
Es un proceso permanente que se potencia exponencialmente cuando caemos en cuenta de cómo funcionamos cuando nos encargamos de las cosas y de las personas. Si yo entiendo cómo reacciono frente a las necesidades de mi madre, podré ser mucho más capaz de conducirme con ella de manera benevolente, firme, amorosa, incluyente o delimitativa y estaré menos a expensas de "lo que pueda pasar"... Sucede lo mismo con la salud: si entiendo cómo entender mi salud, podré ayudarme, ayudar a mi médico, a mis cuidadores...
La reflexividad es fuente de autonomía, de apertura a mí mismo, a los demás, al mundo... Es el dinamismo de encargarnos de encargarnos de la realidad, comprendiéndonos y comprendiendo la sensatez (o falta de ella)
Te comparto esta charla que tuve con académicos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos... Haciendo énfasis en el papel que una metodología de educación para la reflexión, para la metacognición, la autogestión, la autonomía puede tener en la formación básica de los profesionales de la educación. Creo firmemente que esto desborda ese límite y se convierte en una invitación para cualquier persona, en cualquier situación, y de cualquier forma.
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