Caminar, vivir, compartir...

Durante años viajeros han apuntado en libretas sus vivencias, hallazgos, descubrimientos, curiosidades... Esta es una de ellas, con los apuntes al vuelo de este viajar por la vida . Estas notas brotan de lo que va pasando por mente y corazón en el auto, en la charla, al leer o mirar multimedia. Y se convierten en un espacio de convergencia entre los amigos, quienes también aquí pueden compartir los apuntes que van haciendo de su caminar por la vida.

domingo, 11 de febrero de 2024

Que la amistad y la paz tengan la última palabra: historia de dos amigos - enemigos

 Autor: Edmundo Castillo Galarza.

A Edmundo recientemente lo conocí. Coincidimos en un posgrado que versa sobre la Tolerancia y la Paz Mundial. En una sesión en la que tuvimos que practicar un poco de oratoria, él nos contó esta historia que me parece por demás apropiada para hablar de una experiencia fundamental para los procesos humanizantes: la amistad. Deseo que la disfrutes tanto como yo lo he hecho: y que podamos juntos decir: ¡que vivan la paz y la amistad: para siempre!

* * * * * * * * * * * * * * * * * 

Foto de dominio público

Hace más de 85 años ocurrió una guerra entre bolivianos y paraguayos, que llegó con el sacrificio de tantos jóvenes que ofrendaron sus vidas por un ideal as veces desconocido. Hoy ya no es propicio hablar tanto de una guerra infortuna, que dejó en tierra la sangre de jóvenes inocentes. Ahora, es mejor hablar de paz y de amistad. 

Voy a recordar, la historia más hermosa de la historia universal de las guerras. Es la historia que escribieron dos amigos enemigos. Se trata del capitán Tomás Manchego (boliviano) y del teniente primero Fernando Velázquez (paraguayo).

 Estos amigos, se conocieron, cuando aún eran cadetes en la ciudad de Buenos Aires. Cuando Argentina, celebraba el 150 aniversario del natalicio del General San Martin. El destino, los reencontrarían nuevamente, pero esta vez en circunstancias muy distintas. 

Cuando el Paraguay intentó su incursión al norte del Chaco Boreal en el famoso caso Vanguardia. El ejército paraguayo, toma por asalto dicho fortín y los bolivianos poco pudieron hacer ante la irrupción de tan formidable superioridad. El teniente Tomás Manchego fue tomado prisionero y llevado a Bahía Negra, donde permanecerá cautivo más de tres meses. Su custodio, sería justamente su amigo, el teniente Fernando Velásquez, pero en vez de odiarse, consolidan su amistad con lazos tan fuertes, que después, ni la muerte podría romper.

En 1932, se desataría finalmente la guerra que comienza con la gran batalla de Boquerón. Lo más selecto de la juventud paraguaya, se alistaría para la retoma de este fortín. Grandes cantidades de soldados paraguayos, se estrellarían contra una formidable defensa boliviana. El 10 de septiembre, el regimiento Boquerón, tendría una fuerte confrontación contra la Punta Brava, donde cayeron cientos de soldados paraguayos.

El 15 de septiembre, los bolivianos, verían a un soldado paraguayo que camina totalmente ido, sin saber a donde ir. Los soldados bolivianos gritan…

- Alto paraguayos, no disparen, saldremos a recoger a su camarada…

Camilleros bolivianos, rescataron al soldado paraguayo. Esa noticia llega a los oídos del capitán Tomás Manchego, que decide ir a ver de quien se trata. Al ver al soldado paraguayo, exclama…

- Pero si a este pila  yo lo conozco, el es mi amigo, es Fernando Velásquez. 

Se saca el pañuelo y le cubre la herida que este tenía en la sien derecha y le ordena al médico que lo atiende lo mejor que pueda, pero es muy poco lo que pueda hacerse, debido a la falta de medicamentos.

Manchego visita a su amigo cada vez que puede, pero es muy poco lo que se puede hacer, la herida esta infectada. Pero Velásquez se da cuenta de quien es el que está a su lado, y en los momentos que puede entrar en sí, estira su mano izquierda y ofrece su anillo de bodas a Manchego y exclama:

- Familia… familia.

Manchego promete a su amigo hacer llegar el anillo a su familia.

10 días después, el 25 de septiembre, finalmente muere Velásquez. Manchego llora en el cuerpo su amigo y ordena que sea enterrado en un lugar preferencial en el cementerio, del bolsillo del paraguayo, se extrae una foto, de una mujer muy hermosa y su hija que tiene una leyenda… para mi amado esposo… te esperamos en casa… tu esposa y tu hija.

Al día siguiente, el 26 de septiembre, cae herido el capitán Manchego, una granada de estoque, le voló una parte de la cabeza, es llevado de inmediato a la sanidad, pero es muy poco lo que se puede hacer. Manchego sabe que va a morir y ordena a sus soldados que sea enterrado al lado de su amigo Fernando Velásquez.

La batalla ha terminado. El Mayor Arturo Bray, está conversando con otros camaradas y dice… 

- Ese Velásquez es un cobarde, un desertor, nadie sabe dónde está.

El Mayor Alberto Torrico, está escuchando la charla y dice… 

- Ningún cobarde, Velásquez está enterrado en el cementerio. Exhuman los cuerpos de los dos amigos y se extrae el diario de guerra de Manchego que se habían enterrado junto al cuerpo, ahí estaría escrita toda la historia. De no haber sido exhumados los cuerpos, tal vez nunca se conociera la historia.

Es triste saber que este acto, a veces no es replicado ni por hermanos de sangre y que estos amigos hayan cultivado para la eternidad. Luego se intentaría recuperar el cuerpo de Manchego para su repatriación, pero la amistad es mas fuerte y no se puedo separar a estos dos amigos que disfrutan de la paz por la eternidad.

Mi admiración y la gloria por estos valerosos hombres que nos enseñan que la amistad es lo que debe primar en todos los tiempos y en todo lugar.

Gloria a Tomás Manchego… Gloria a Fernando Velázquez

Que vivan Bolivia y Paraguay, juntos para siempre.